Roberto Fernández pegó un fuertísimo planchazo a los 25′ del primer tiempo y le dejó el partido servido en bandeja a Independiente al irse expulsado.
Si bien el árbitro paraguayo Julio Benítez le había mostrado inicialmente la tarjeta amarilla por la durísima infracción ante Pablo Hernández, decidió mandarlo a las duchas tras chequear nuevamente la jugada en el VAR. Así, Fernández dejó a Fénix con un hombre menos (y con el Rojo ya ganando 1-0), provocó la bronca de su entrenador Juan Ramón Carrasco y le dejó prácticamente el duelo entregado a Independiente, que supo aprovecharlo de gran manera. Sí, se equivocó y pagó. Pero la victoria del Rojo en Uruguay no se mancha.
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