El Rolfi Montenegro le concedió a la revista El Gráfico el famoso 100x100 y en varias de las preguntas se refirió a sus etapas en Independiente, el descenso, el desempate ante Huracán y su conflicto con Jorge Almirón, que determinó su salida del club. Montenegro recordó sus primeros pasos en Independiente: "Nadie me quita el orgullo de haber vestido la 10 del Rojo. En el 2000 y 2002 fueron mis mejores versiones. Me marcó mucho el título obtenido en el 2002". "Obviamente se me cruzó por la cabeza que podíamos descender. Teníamos sólo seis meses para pelearla. Pero hice lo que sentía en ese momento, volver y dar una mano, fuese cual fuese el resultado. Por eso firme contrato por un año y medio y no por seis meses", dijo el Rolfi, quién luego añadió: "Las opciones eran dos, o el equipo se salvaba y disfrutaba un año en primera o se producía la catástrofe y le ponía el pecho en el Nacional B". Montenegro siguió ahondando en el tema del descenso: "Yo pensaba que nos ibamos a salvar, además habíamos tenido un arranque muy bueno, jugadores de calidad, un cuerpo técnico ilusionado. Sin dudas, el día más triste de mi carrera, fue cuando descendimos. No lloré hacia afuera porque a mis hijos les inculqué desde siempre que esto es un juego y se tienen que divertir, y no quería dar esa imagen. Estuve mucho tiempo pasándola mal y sin poder salir, pero no quise demostrarles a ellos la tristeza que tenía", reconoció y luego sentenció: "La mancha está, no la voy a ocultar". El excapitán de Independiente dijo no sentirse arrepentido de haber vuelto en ese momento: "Yo fui a hacer lo que sentía. Tenía un montón de ofertas de clubes mexicanos, pensá que fui tres años y medio capitán del América, pero si el Rojo bajaba, iba a sentir ese vacío porque no había intentado ayudarlo". Sobre el desempate contra Huracán por el ascenso a primera expresó: "Fue terrible para mí, porque además si le hubiéramos ganado a Patronato en casa en la última fecha se terminaba todo y me evitaba esa situación desagradable. En ese momento me reprobaron por no haber vuelto a Huracán y sí a Independiente, pero nunca me llamaron de Huracán. Me sentí mal, pero lo cierto es que yo quería ganar con Independiente, veníamos luchando hacía un año, una etapa durísima. Puteé, porque tengo muchos amigos de Huracán. ¿Por qué me toca a mí llegar a esta situación? Me sentía muy raro, por suerte a los seis meses subió también Huracán". "Almirón es un técnico muy capaz, lo que no me gustó fue el manejo conmigo. Lo que hizo al final jamás lo compartí, de avisarme el último día que no me iba a tener en cuenta, cuando podría haberlo hecho en las vacaciones para que me buscara un club", dijo en relación a su conflicto con el exentrenador de Independiente, y agregó: "No entraba en su esquema, pero el problema es que había tenido mucho tiempo para decírmelo y que yo me pudiera buscar club. Hubiésemos terminado mejor. Porque si te enterás por los periodistas que no vas a estar más en un club, no está bueno", cerró Montenegro.