del bar venimos
del bar venimos
Del bar venimos
05/08/2015
Por: Eugenia Ferreras
5 de agosto de 2015
Ayer se cumplieron 111 años de la creación de Independiente. Nosotros lo sabemos, lo recordamos y lo celebramos, de alguna manera, mientras para el resto del mundo pasó de largo. Si había algo para mencionar ayer sobre Independiente, en cualquier medio, era que Valencia sí había querido ir a entrenar y tenía un video que lo probaba y que complicaría al club si iniciara acciones leg...
Está claro que todas las cosas cambian con el tiempo y también cambia su entorno. Para el fútbol, desde su invención, cambió la forma de jugarlo, de mirarlo, de seguirlo y hasta el perfil de sus protagonistas. Antes (como se cansan de contar los históricos) los jugadores se quedaban largas horas en el vestuario, después de cada encuentro, debatiendo lo que había pasado. Las declaraciones post partido eran cortas y concisas, porque sólo existían los diarios y la palabra tenía otro valor.
Hoy al jugador le importa tanto dar una declaración como mostrar la marca de la remera que está usando y hoy el jugador sabe que cuando sale del estadio lo están esperando cientos de periodistas y cuando llega a su casa lo están esperando miles de seguidores en Twitter o Instagram para que diga cualquier cosa.
Hoy el hincha también llega a su casa y vuelve a ver en Internet todo lo que ya vio, y vuelve a comentar en su muro de Facebook todo lo que ya comentó caminando por Alsina. Sabe que no basta con ir a la cancha y hacer presencia ahí. También tiene que hacer presencia en internet. Sentir un orgullo enorme, pero escribir "siento un orgullo enorme" para que se vuelva verdad.
Y para los medios, hace tiempo que lo que importa es lo que genera polémica. Nunca lo que genera memoria.
Sin ir más lejos, nuestro último partido fue en una cancha que estaba de luto por la muerte de un rival. El respeto de los hinchas y jugadores de Colón fue un conmovedor recordatorio de que abajo de las camisetas siguen habiendo hombres. Y se vió en todas las canchas, hasta en la Bombonera, la buena predisposición general en el minuto de silencio por la memoria de Barisone.
Pero al diario del lunes solo le importaba hablar de la falta de Orión. Que también existió, es verdad, y también hay que hablarlo, es verdad. Pero la polémica de las cosas que no son fútbol, siempre opaca a los gestos que sí son fútbol.
Todo ese tipo de nuevos vicios son los que, no es ninguna novedad, cada vez se roban un poco más de la "magia" que tiene el fútbol. Porque resignifican los roles. Y no hablo sólo de los de afuera sino de nuestro lugar también. De la ansiedad de protagonismo, la confrontación y el orgullo, que la mayoría de las veces pasa por vanidad.
Ayer se cumplieron 111 años de que un grupo de pibes se inventó un club para jugar a la pelota, sin saber que nos iban a cambiar la vida a tantos otros.
Todo eso que hoy es Independiente, empezó con una propuesta sincera de amistad, tan sencilla que se creó en un bar. Y a eso no hay que dejarlo pasar nunca.
Los aniversarios son motivos de memoria, de volver a ver por qué y para qué se inventaron las cosas. Ojalá que así como del bar venimos, al bar volvamos. Ojalá tengamos cada vez más motivos para brindar, pero ojalá también, aunque cambien los tiempos, no cambien las razones.