La novela de Walter Mazzanti y su posible llegada a Independiente ha ocupado los titulares en los últimos días, pero al analizar los números y el contexto del club, esta operación parece más un error que una oportunidad. Huracán pide 2 millones de dólares por el 50% de su pase y Huachipato, el club dueño de la otra mitad, reclama 1,5 millones. A esto debemos sumarle el contrato del futbolista. En total, estaríamos hablando de más de 4 millones de dólares, una cifra que supera ampliamente lo que el club podría recibir por la venta de Rodrigo Atencio.

Atencio, de 22 años, fue campeón y goleador de Central Córdoba de Santiago del Estero en una histórica campaña. Aunque es cierto que su rendimiento en Independiente está por verse, tiene contrato con el club y un valor potencial de reventa. ¿Qué ofrece Mazzanti en comparación? Con 28 años y sin títulos importantes en su carrera, no parece tener margen de crecimiento ni atractivo para futuras ventas. Además, el contexto del Globo tampoco es el ideal para evaluar a un jugador por semejante inversión.

El entrenador Julio Vaccari ha demostrado buen ojo en este mercado, destacándose con refuerzos como Felipe Loyola y Kevin Lomónaco, pero hipotecar las finanzas del club por un "capricho" no parece una decisión responsable. Los antecedentes en Independiente hablan por sí solos: operaciones como las de Cecilio Domínguez, Fernando Gaibor, Alexander Barboza o Cristian Chávez fueron bombas de tiempo que, años después, siguen causando estragos en la economía de la institución. Incluso fichajes menos costosos como el de Jhonny Quiñónez, impulsados por otros técnicos, no rindieron frutos.

El club necesita priorizar la reconstrucción progresiva, no hipotecarla por una apuesta de alto riesgo. Atencio, Santiago López, Diego Tarzia (recientemente indultado por Vaccari) o Ignacio Maestro Puch son opciones que ya están en el plantel y pueden ser potenciadas con tiempo y trabajo. Vender es necesario, pero malvender para financiar malas compras sería un error imperdonable.

El mercado de pases anterior fue el mejor en años, marcando una diferencia notable respecto a las gestiones anteriores. Es cierto que la vara estaba por el suelo, pero eso no quita mérito. Sin embargo, cometer errores de esta magnitud ahora podría borrar todo el trabajo hecho y condenar nuevamente al club a un ciclo de deudas y fracasos.

La dirigencia tiene que plantarse y explicarle al entrenador que Mazzanti no es viable, al menos en estas condiciones. El proyecto de Independiente tiene que ser sostenible, tanto en lo económico como en lo deportivo. Ya no hay lugar para aventuras financieras que no generen un impacto positivo a corto, mediano y largo plazo. La reconstrucción es lenta, pero no hay atajos que valgan.