un estado de animo
un estado de animo
Un estado de ánimo
08/09/2015
Por: Román Failache
8 de septiembre de 2015
Es 19 de noviembre del año 2011. Independiente golea 3 a 0 a Olimpo de Bahía Blanca bajo una lluvia torrencial, y Ramón Díaz manda a calentar a un juvenil que concentró por primera vez. Pisando los 70 minutos, se retira Leonel Núñez e ingresa para hacer su debut oficial. Un rato en cancha, un espaldarazo gigante de parte del técnico al incluirlo como titular dos partidos más tarde, ante Newell's, dos goles en dos fechas consecutivas y al ruedo.
Oriundo de Posadas, Misiones, nació el 17 de junio de 1994. Extremo por afuera, explosivo, ágil corredor de la banda izquierda y luchador. Llegó a las inferiores de Independiente en el 2008 y a los dos años fue citado a la Sub-17 de la Selección Argentina por Oscar Garré. Medalla de bronce en el Sudamericano de Ecuador 2011 y octavos de final en el Mundial Sub-17 de México del mismo año. Con tan solo 17 años, el futuro parecía más que promisorio. Auspiciosos, algunos medios no tardaron en apodarlo "El nuevo Saviola". Se acercaba el año 2012, la desesperación dejaba sin uñas al hincha, y los presagios se inflaban con el afán de encontrar alguna figura redentora que sacara de la crisis a la institución.
Al igual de precoz que su éxito, llegaron las grises. Pasó de héroe a villano en un amanecer. El abuso del juego individual y la falta de criterio a la hora de tomar decisiones llevaron a que Christian Díaz lo use poco y nada; Gallego siguió esa corriente, y entre el año 2012 y 2013 redondeó 18 partidos, con tan solo un gol en su billetera. Y, por si fuera poco, a principios del 2014 se vio involucrado en un misterioso caso de violación que lo marginó de las canchas un buen rato.
Pese a esto, siguió entrenando en Domínico, y fue Almirón quien lo recuperó del ostracismo y lo insertó nuevamente en el primer equipo. Alternaba minutos con Pizzini, y se ganó la titularidad sobre el final del ciclo de Jorge Suspenso, aunque las actuaciones a medias tintas siguieron presentes. Su presencia en cancha generaba fastidio, y la tolerancia de los hinchas disminuía al ritmo de las pelotas que perdía. "Sacate el balde de la cabeza" retumbaba en cada butaca del Libertadores.
Con Pellegrino a cargo de las riendas, cambió el paradigma futbolístico. Pasó de jugar de extremo a desempeñarse como una fundición entre volante externo y mediapunta, con mayor libertad para romper líneas hacia el centro. Juntar rivales ya lo sabía, pero ahora aprendió a soltar la bocha a tiempo para jugar colectivamente. Cinco goles y tres asistencias en un total de ocho partidos. La última ante Huracán, con sobrada calidad: una cachetada con la cara externa del pie derecho que recorrió 30 metros, para dejar a Lucero mano a mano con Marcos Díaz. Bielsa sostiene que “la adversidad es el momento de observación de las cosas". Vení. Subite al tren de los que creemos que, en el fútbol, todo es un estado de ánimo. Este lo conduce Martín Benítez.