una vuelta de tuerca
Por: Román Failache
11 de noviembre de 2015
Ciclo cumplido. El diablo del hombro izquierdo dirá que fue otro año más que se va sin que Independiente gane nada; el ángel del derecho, que se consolidó una base con una idea y un proyecto, y que aún queda la liguilla pre Libertadores. Lamentablemente, esta vez le suelto la mano al diablo.
Independiente cierra el campeonato dejando una imagen extraña, ante un rival que hizo todos los méritos para despedirse de su técnico sin una derrota. La sensación que quedó fue la de un equipo que tiene en claro qué idea pregonar, pero con ejecutores que no la logran accionar del todo bien, sea por insuficiencia física como en el caso de Mancuello, o porque se ven opacados por la sombra de otros puestos, como en el de Pisano, quien aún intenta descifrar si debe ser 8, si tiene que jugar de enganche o si vaya a saber uno qué.
El asunto en cuestión es que, para hilvanar correctamente los pormenores de este esquema, hay piezas que son imprescindibles. Y una de ellas es Jesús Méndez, principal responsable de mantener el orden colectivo y de tomarse ese segundo de más para idear una jugada. Con 30 minutos de él en cancha, Independiente generó más juego -no situaciones, sino puramente juego- que en 60 de edificaciones individuales de un Benítez que intenta volver a ser quien fue en el alba de la segunda mitad de este campeonato.
Otro tipo con el que voy a la guerra con un cuchillo es Víctor Cuesta. Renovación eterna y, si es posible, un cargo de docente en las inferiores. Defensor de raza, tiempista, lector de jugadas y sobrio para salir con pelota dominada. Además, voz de mando en el fondo para que el sistema no desencadene.
Si se va a jugar con enganche, al Cebolla hay que ponerlo a punto. Pisano no lo es, Mancuello no alcanzó su plenitud física para desempeñarse como tal -ni siquiera, para estar dentro de la cancha-, y Benítez se deja seducir muy fácilmente por la pollera corta del arco. Peor aún es que Vera, el insoportablemente vivo, tenga que disfrazarse de armador y deba pasear por la mitad del terreno. Y Vidal va a andar muy bien, no tengan dudas, pero aún está adaptándose a las mañas del fútbol de primera división. Por lo que ese puesto tan influyente, si se va a ocupar, debe ser con el único jugador que en el plantel entiende esa posición, pero que se lesiona cada vez que lo soplan. Una fuerte pretemporada y a analizar las condiciones.
El jueves que viene, Independiente va contra Belgrano, el único equipo que lo venció en el Libertadores de América en este campeonato. Si de algo sabe Zielinski, es de ensuciar partidos y de armar una fortaleza de mitad de cancha para atrás. La diferencia está en que, esta vez, no le queda otra que salir a ganar. E Independiente es un equipo que crea situaciones pero no las convierte. "Lo terrible del mar es morir de sed", como decía Cerati.
Es menester resolver estos errores que parecen ínfimos, pero que a la hora de afrontar una instancia de matar o morir, te pueden decidir un camino. El equipo que el domingo lució endeble tiene que volver a ser ese que transmitía solidez y seguridad. Sobre todo porque los recursos para hacerlo están, pero lo que falta es una vuelta de tuerca.
15/12/2024 14:12:00
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