Diego Rodríguez (3): Casi sin participación. Nada que hacer en el gol, la pelota le pasa lejos, luego controló un remate en la otra pelota que fue al arco. Varios saques fueron a jugadores rivales.  Apenas empezado el encuentro tuvo un grosero error en una salida, aparentemente producto del sol. ¿Cuando salió a precalentar no se dio cuenta que necesitaba una gorra? Gabriel Vallés (4): Debió jugar con una venda en la cabeza ya que un proyectil le impactó y cortó la frente antes de comenzar el partido. Otra vez fue el mejor de la defensa, o el menos peor. Controló su sector y trató de proyectarse, pero no terminó ninguna bien. A la hora de mandar centros la venda parecía tenerla a la altura de los ojos. En una contra luego de un córner rival quedó mano a mano con un defensor y no se tuvo fe para encararlo. Cristian Tula (1): Tuvo una desinteligencia con Villaba apenas comenzado el partido. Luego no tenía un mal rendimiento, hasta la inexplicable jugada del gol, en donde se queda agachado acomodándose las medias mientras están mandando el centro. ¿Pensó que se hacía el cambio? No se sabe, lo cierto es que cometió un error imperdonable e irritante, en un claro ejemplo de lo que son estos jugadores. Sergio Ojeda (3): No brindó seguridad, a pesar de que el rival atacó poco y nada. Rozó con lo justo un centro peligroso en el primer tiempo. Tuvo varios rechazos malos, uno con pifia que derivó en una jugada de peligro. Lucas Villalba (3): A los pocos minutos fue a trabar sin alma en un error parecido al que le costó el puesto en Misiones. Luego mejoró, no mucho está claro. Sufrió la falta de Mancuello en su sector, sobre todo a la hora de avanzar. Martín Zapata (3): Mal primer tiempo, algo mejor en el segundo, metiéndose más al medio. Una vez que define bien, le anulan injustamente el gol. Un minuto después tuvo otra luego de una mala jugada preparada, en la que buscó fuerte al primer palo y el arquero controló bien. Franco Bellocq (3): Al igual que Zapata, perdido en la primera etapa y un poco mejor en el complemento, con varios quites que pudieron hacer que el equipo pueda seguir parado (nunca mejor dicho) en campo rival. Hernán Fredes (3): De los que más la pide, casi el único que intentó algo hoy. También el que más la pierde, el que más tira pelotazos hacia ningún lado. Daniel Montenegro (2): Si alguien sabe donde está el capitán de Independiente que por favor le avise que nos estamos jugando el ascenso y lo necesitamos. Y al técnico de paso que le confirmen que no está prohibido sacarlo. Un tiro libre que sacó el arquero y una clara sobre el final que definió pésimamente. Nada más. Facundo Parra (3): En el primer tiempo aguantó varias pelotas y parecía que era la única manera de generar algo parecido al peligro, después se apagó en la mediocridad general. No vio a Fernández que estaba mejor perfilado que él, luego de un tiro de Vallés en el que la pelota rebotó y quedó perdida cerca del punto del penal. Le metió un muy buen pase a Zapata en el gol mal anulado. Adrían Fernández (2): Otro mal partido del Paragua. Un cabezazo que pasó cerca a los 30 (en la primera "llegada"), dos malos zurdazos por arriba y una en la que no se animó a darle de derecha, lo más cerca que estuvo del gol. Jorge Figal: Ingresó por Ojeda, jugando poco como para ser calificado. Matías Pisano: Debería haber jugado el tiempo suficiente como para recibir puntaje, pero el técnico lo puso recién unos minutos después del gol. Leonel Miranda: Entró faltando menos de diez minutos. Omar De Felippe: Está claro que si aún tenemos chances, es gracias a lo que consiguió él en el primer semestre y que no tiene la culpa de que los jugadores no traben con ganas, no corran y por ejemplo, se acomoden las medias cuando los rivales están por convertir un gol. Pero también es cierto que ya no da pie con bola con este plantel de cobardes profesionales. De visitante parece que el que decide el resultado es el rival. Si juega bien nos gana fácil, si lo hace mal, como hoy, el partido termina empatado o lo ganan por una cabeza (la que puso el delantero, la que le faltó a Tula). Pero nunca es Independiente el dueño del partido, del desarrollo del encuentro. Este equipo es incapaz de acorralar a un rival, le tiene miedo a los murmullos de local, a los insultos de visitante, a perder, a ganar... Menos a firmar contratos millonarios parece que le tiene miedo a todo. Todavía hay muchas chances de ascender en este mediocre campeonato, pero Independiente ya fracasó.