Milton Álvarez (5): Irregular lo del arquero hoy. En el primer tiempo dejó dudas saliendo a los 10 lejos, a los 20 pateando al lateral una pelota que parecía que salía o podía agarrar y a los 41 rechazando con los puños para adelante en un tiro libre. Además, contuvo bien un tiro bajo de Valoyes y embolsó un disparo de Pizzini. En el complemento, salvó a los 81 con un manotazo tras un tiro de Godoy y desvió un centro minutos después. No pudo con ningún penal, a pesar de haber adivinado.

Alex Vigo (5): Le costó la espalda con Pizzini al comienzo y después se acomodó. Pero de atacar ni hablemos.

Sergio Barreto (6): Otro buen partido de Checho, que jugó condicionado casi todo el encuentro, porque lo amonestaron a los 14. Tuvo un error a los 69 contra el córner, posibilitando una chance del rival, pero en general ganó siempre.

Juan Insaurralde (5): También fue correcto en la marca lo del Chaco, que abusó de los pelotazos y tiene un error en salida a los 40, generando un tiro libre para la T. En el penal lo único que hizo bien fue darle fuerte, porque después fue a media altura y anunciado.

Edgar Elizalde (5): Como siempre, le cuesta el lateral, pero al igual que Vigo, luego se recuperó en la marca. Aunque la pierde en el tiro libre peligroso que tuvo Talleres. Le tocó cubrir a Valoyes y no sufrió tanto, algo positivo.

Iván Marcone (6): Otro encuentro que confirma su levantada, ya que en el medio fue el único que hizo pie. Casi se lo mete en contra a los 15, pero por suerte se fue por arriba.

Lucas González (4.5): Flojo, manteniendo el balón pocas veces y sin pesar en la marca. Llegó dos veces bien al fondo en los 45 iniciales, tirando un centro que contuvo el arquero y la otra tocando bien a Batallini.

Tomás Pozzo (4.5): Un poco más activo que en otros partidos, pero sin llegar a un balance positivo. Poca participación y generación para Toto, que solo le metió un centro a Benegas a los 62.

Damián Batallini (6): Autito chocador mode on. Pifia a los 44 cuando quedó bien posicionado tras toque del Salta. Su sacrificio es incansable y con un nivel mediocre del equipo como el de hoy, eso lo hace destacarse. De hecho la gente se lo reconoció con aplausos cuando salió.

Leandro Fernández (4.5): Hizo el esfuerzo por estar y duró 60 minutos en cancha, aunque estaba para salir antes. Arrancó exigiendo al arquero con un tiro libre de zurda. A los 22 le dio un puñetazo a un rival en el pecho, que por suerte el árbitro no vio. Buen pase al Salta a los 44, para que llegue al fondo.

Leandro Benegas (4.5): También disminuido físicamente, él pudo jugar todo el partido. A los 62 se arrojó de palomita para conectar un centro de Pozzo, pero se fue lejos. Convierte el primer penal.

Nicolás Vallejo (5): Entró por Leandro a los 58. En su tierra, fue positivo lo suyo durante los 90, como cuando recuperó y abrió a los 62 o luchó y ganó sobre la derecha a los 86, entrando al área, pero lo cubrieron cuando enganchó para rematar de zurda. Muestra personalidad pateando y tratando de colocar, no por eso deja de ser responsable de la derrota en los penales.

Facundo Ferreyra: Reemplazó a Pozzo a los 72. Casi no tocó la pelota. Convierte en la definición.

Alan Soñora: Ingresó sobre el final por Batallini, se supone que para patear el quinto, algo que lamentablemente no ocurrió.

Julio Falcioni: Partido de vaso por la mitad, en el que cada uno decide con cual se queda. Se puede entender que tras la seguidilla de victorias el equipo, con un plantel corto, quedó muy disminuido físicamente y hasta acá llegó. Y que sin un jugador clave, más otros importantes mal, cayó por penales. Si bien todo eso es cierto, al menos yo me quedo con la mitad del vaso que dice que hoy Independiente jugó horrible, sin la intensidad de los últimos partidos. Y que ya desde muy temprano se veía al equipo con muchas ganas de ir a penales. Eso nunca puede ser bueno, menos en una instancia como la de hoy, a tres cruces de un título. Terminó la ilusión, ahora a tratar de sacar la mayor cantidad de puntos posibles hasta el fin del torneo. Y el domingo todos a votar, es el día en el que nos toca jugar a nosotros.