Generalmente en cada fin de año llega el tiempo de balances, de analizar lo bueno y lo malo que pasó, las cosas a mejorar, lo que debe seguir igual. Está claro que el 2013 va a ser un año que los hinchas de Independiente jamás vamos a olvidar, fue el peor de nuestra historia, por lo que vivimos y por lo que sufrimos, pero principalmente por lo que fuimos. Y, justamente por eso que fuimos hay que volver. Volver a ser Independiente. Independiente está en una categoría que jamás debio pisar, pero hizo todo lo posible para llegar a donde llegó. 22 años de cagadas desde el retiro de Bochini -por trazar un punto de inicio- fueron suficientes para que el más grande dependa tanto del azar. El 2014 tiene que ser el año que volvamos. Que volvamos, no sólo a primera división, sino a donde la historia nos puso. Una historia de exigencia, más allá del famoso paladar negro. Tenemos que volver a ser lo que fuimos. Independiente vivió, al margen de estos seis meses de mancha, una mediocridad terrible en los ultimos 20 años, con oasis como el 94/95, el primer paso de Cesar Menotti y el 2002 del Tolo. Mediocridad desde los dirigentes, dt, jugadores, periodistas e hinchas. Esperamos este 2014 más que nunca. La mancha no se va a borrar jamás, pero busquemos que esta tocada de fondo, de alguna manera sirva para resurgir, para darnos cuenta lo que nos trajo hasta acá y para que nunca más vuelva a pasar. Independiente debe volver a primera, debe volver a ganar títulos y copas, pero principalmente, debe volver a ser Independiente. Vamos Rojo Todavía.