El diario Olé sorprendió este lunes con una noticia digna de la sección "Realismo mágico futbolero": Independiente intentaría repatriar a Esequiel Barco, autor del recordado penal en el Maracaná que le dio al Rojo la Copa Sudamericana 2017.

Según el medio, el club "comenzó a mover fichas para tratar de incorporar" al actual jugador del Spartak de Moscú, quien llegó a Rusia a mediados de 2024 por la módica suma de 14 millones de dólares y tiene contrato hasta junio de 2027.

El artículo incluso asegura que "la voluntad del jugador está" y que "el factor económico, en principio, no sería un impedimento", aunque el único detalle menor sería, claro, sacarlo del club que acaba de pagar una fortuna por su pase.

A esta altura, los hinchas de Independiente ya no saben si alegrarse o reírse. El rumor suena tan improbable como costoso, especialmente en un contexto en el que el club pelea por pagar sueldos y reclama en el TAS una multa de Conmebol.

Barco, de 26 años, habría manifestado su deseo de volver al país "por motivos familiares", pero imaginarlo con la camiseta roja en el corto plazo parece, al menos por ahora, una escena más propia de un videojuego que de la realidad.

Mientras tanto, en Avellaneda, el único barco que sigue a flote... es el de los recuerdos.