Hace menos de dos meses escribía esto: https://www.orgullorojo.com/a-proposito-de-river-24152 Justo cuando "la era Pellegrino" empezaba a formarse una personalidad que gustaba, pero muy de a poco (mas bien prometía), venía River y se quedaba con la última copa que le faltaba en este ciclo, para convertirnos la espera en ansiedad. Esas cosas de otros, no pasan de largo. "La octava es mi obsesión" es un mantra. El "buen momento" del Rojo, ahora, lo es en tanto significa una promesa. Gritarle un gol a River es lindo, gritarle tres, es precioso, pero gritarle EL REY DE COPAS, LA PUTA QUE LO PARIÓ, es incomparable. Como decía Groucho Marx, "la felicidad está en las pequeñas cosas: un pequeño yate, una pequeña fortuna". Una pequeña copa Sudamericana. Una Libertadores. Un pequeño país al este de Asia. Toda pequeña alegría, en Independiente, está al servicio de una alegría más grande. Lo mejor de este Independiente no es que se ve bien, sino que cumple bien. Cumple con ese Pellegrino que en sus primeras entrevistas decía que "estos chicos no tienen la culpa de jugar en Independiente, Martin Benitez qué culpa tiene de la historia de Independiente". Cumple con el Lucero, el Tagliafico, el Pellerano, el Cebolla, que fuimos a buscar. Cumple, de a poco, y también hay que decirlo, con las intenciones de la dirigencia. Cumple con lo que nos prometieron, a corto plazo, quienes tienen las cosas en sus manos y en sus pies. Y cumple, sobre todo, con lo que nos prometieron los hinchas de Independiente que nos hicieron hinchas de Independiente, a cada uno de nosotros. ¿Viste cuando te enamorás y sentís que todo es más lindo? Bueno. Pero ¿viste cuando te enamorás y sentís que todavía se va a poner mejor? Así.