Independiente igualó 0-0 ante Santos, en el partido de ida por los octavos de final de la Copa Conmebol Libertadores. Sin brillar desde lo futbolístico y con más empuje que juego, el Rojo no pudo doblegar el esquema mezquino de su rival durante los 90'. La semana que viene, en San Pablo, se jugará el partido decisivo para definir el pasaje a los cuartos de final del certamen más importante del continente.
El campeón volvió a casa y pese al frío en todo el territorio argentino, el Libertadores de América se tiño de rojo con una multitud que acompañó y le puso calor a la nueva "noche de copa". La exhibición de las 18 copas internacionales fue la antesala de un marco imponente que estaba predispuesto a decorarlo con un victoria. Pero ésta, no llegó.
Pese al impetud y el entusiasmo para lograr romper el cero, el equipo de Ariel Holan nuevamente estuvo lejos de su mejor nivel futbolístico. Ni desde lo individual -salvó algunos destellos de Maximiliano Meza- ni desde lo colectivo, Independiente puedo desenvainar la llave hacia la tranquilidad que implica comenzar con la ventaja en partidos de esta envergadura. Si bien no peligró en ningún el arco de Martín Campaña en esa etapa inicial, tampoco fue lo suficientemente inteligente para penetrar en esas dos líneas de cuatro bien definidas del conjunto carioca.
Se noto en demasía la ausencia de un encarador nato como Martín Benítez para romper líneas con desequilibrio y gambetas cortas, como el misionero acostumbró a todos los hinchas. Tanto así que cerca del final del primer tiempo, el que tuvo una oportunidad para abrir el tanteador fue ni más ni menos que Guillermo Burdisso; el zaguero remato desde puerta del área a penas desviado del palo izquierdo.
Ya en el segundo tiempo, Independiente siguió en la misma sintonía y sin poder crecer en el juego, también por merito de Santos, se dedicó a enviar centros imprecisos desde las bandas con Cerutti -muy flojo en lo físico- y Brian Romero. Dos remates de Francisco Silva desde afuera del área y una muy clara de Gigliotti debajo del arco, fue esta última la que resonó en todo el estadio con el ¡huu...! de los más de 40 mil simpatizantes rojos presentes.
Si bien el Rojo no pudo convertir, tampoco le marcaron y eso es un punto favorable, ya que en el partido de vuelta, a disputarse el próximo martes 28, solo perder dejaría al conjunto de Avellaneda fuera del sueño por conquistar la octava Copa Libertadores; cualquier empate que no sea 0-0, eso implicaría ir a penales, colocará al equipo de Holan dentro de los ocho mejores del certamen.
A sacar chapa en brasil e Independiente sabe como se juega esa carta...