afuera
Por: Carlos Perez
19 de agosto de 2015
Independiente cayó sin atenuantes contra Lanús por 2 a 0 y quedó eliminado de la copa Argentina en lo que significó la primera derrota de Mauricio Pellegrino al mando del Rojo.
En el primer tiempo se vio, probablemente, la peor versión de la era Longaniza, con un equipo que, si bien tenía controlado a su rival, no generaba riesgo. Ni el Rojo ni Lanús arriesgaban y parecía uno de esos cotejos en el que el primero que se equivoca, pierde. Fue así, cuando a los 29 minutos de la etapa inicial, en la primera aproximación del Grana, tras un centro de Araujo, casi sin querer, Román Martínez se encontró con la pelota y tras pegarle mordido doblegó al Ruso Rodríguez y desniveló el marcador.
Independiente no tuvo reacción. Al contrario, sumó más dudas que aproximaciones y Lanús empezó a hacer lo que comúnmente se conoce como manejar el partido. Sin hacer mucho, sin llegar, porque el Ruso, la única que tocó con las manos en todo el primer tiempo fue cuando la sacó de adentro del arco tras el gol de Martínez.
En el complemento, Pellegrino sacó a un amonestado Méndez, que parecía nervioso y al borde de la expulsión. Puso a Pisano, el "volante" por derecha que había utilizado en las seis victorias anteriores, sin embargo, fue Lanús el que golpeó de nuevo, cuando el Rojo estaba Groggy, aun sentido del golpe del primer tiempo, a los 9 del complemento recibió el segundo tanto, tras una gran jugada entre Martínez y el Laucha Acosta, que Castellani terminó definiendo al primer palo. Parecía liquidado el asunto, aun con mucho tiempo en juego.
Sin embargo, hubo algo de vergüenza deportiva, y el Rojo insinuó llevarse por delante al rival. Con intentos de Pisano y, sobre todo, Benítez, quíén mostró, una vez más, su mejor versión cuando se ubicó de atacante junto a Vera. La salida del flojo Albertengo por Aquino pareció un cambio raro pero no lo fue, al contrario, le vino mejor al equipo para agarrar un poco la pelota y para tener más movilidad arriba. Sin embargo, los minutos pasaron y el Rojo se fue quedando sólo en buenas intenciones y algún que otro remate que despejó el seguro arquero de Lanús, Matías Ibáñez.
Fin de la ilusión del Rojo en una copa en la que nunca pudo superar la etapa de octavos de final. Quedan tres caminos para llegar a la Libertadores -salir campeón, clasificar en la liguilla o ser el mejor argentino en la Sudamericana-. Habrá hacer borrón y cuenta nueva.