al vino vino
al vino vino
Al vino, vino
07/10/2014
Por: Juan Manuel Colomer
7 de octubre de 2014
(LA COLUMNA DE COLOMER) La ruta del vino nos deja una resaca dura. La excursión por Cuyo significó para este Independiente de Almirón retroceder varios casilleros en ese largo camino hacia la búsqueda de un funcionamiento y una identidad. Pero también nos deja una excelente oportunidad de llamar a las cosas por su nombre. Al pan, pan y al vino, vino.
A mí no me gusta como juega Independiente. Creo que hay más una idea o un discurso de como creemos que juega Independiente que lo que verdaderamente juega el equipo. Siento que por momentos hay un excesivo ataque contra Almirón pero también muchas veces una injustificada defensa. Como si Jorge Almirón estuviera por encima de Independiente incluso. La grieta.
La idea instalada es que Almirón es un técnico ofensivo. La realidad es que salvo en algunos partidos, este equipo no genera situaciones de gol, no tiene juego y no es superior a su rival (aun cuando incluso desde los nombres debería serlo). Hoy prácticamente no le pateó al arco a un equipo que es de los más goleados de Primera División. Jugamos contra uno de los peores equipos del torneo y pareció que era Godoy Cruz quien podía quedar a un punto de River. Otra vez Mancuello pone la cara por un equipo desaparecido en acción, y si no fuera por él,que hace absolutamente todo,y porque el Tomba nos perdonó la vida, hoy debimos volvernos con las manos vacías de Mendoza.
Estoy convencido de que los números tapan y disimulan mucho el pobre nivel de juego de este equipo que solamente contra Rafaela y Central (y pasajes de algún otro encuentro) logró mostrar de manera sostenida jugar mejor que su rival e imponer esa idea de buen trato de pelota, salida clara, desborde y ataque vertiginoso. El resto de los partidos los ganó de la mano de la fortuna y el tremendo momento de Mancuello que hace goles, patea tiros libres, corners, marca, tiene despliegue, entrega y sacrificio. Incluso muchas veces se quedó con los tres puntos lejos de las convicciones del propio entrenador que al final de cada partido no se cansaba de decir que no le había gustado como se había jugado.Ni hablar de los que perdió, que lo hizo con absoluta justicia y mucha contundencia sin dejar lugar para las dudas.
Somos un equipo en formación y nos falta mucho para poder pelear seriamente un campeonato. Para jugar bien hay que atacar bien y defender bien. Este equipo defiende igual o peor que en las primeras fechas y ataca poco en relación a la propuesta o el discurso que intentan venderme.Aun así, el mediocre futbol argentino nos permite estar a tres puntos del puntero en la mitad del torneo. Lo dije en las columnas posteriores a las derrotas vs Estudiantes y Velez: no creo que la solución sea la salida de Almirón. Para nada.
Ojalá pueda achicar rápido la brecha que hay entre el discurso y la realidad. Es cierto que se necesita tiempo y trabajo para armar un equipo competitivo y, sin embargo, los números nos muestran cerca del puntero del torneo. El problema es cuando queremos justificar y tapar todo con esos números. O que las estadísticas nos hagan creer algo que no somos. Independiente tiene muchos más puntos de los que merece. ¿Está mal? No. Simplemente hay que llamar a las cosas por su nombre. Al pan, pan y al vino, vino.