Ordinario. Esa es la primer palabra que podemos usar para describir el primer tiempo de Independiente en el Cementerio de los Elefantes. Un poco se le puede recriminar al mal estado del campo de juego (que es igual para ambos equipos) pero la verdad es que se vió a un equipo por momentos excesivamente apresurado, cayendo en lo que intentaba proponer el local. Pellegrino repitió los once que le ganaron a Rafaela la semana pasada, disponiendo el mismo esquema que viene usando el equipo en estos partidos. Pisano arrancó jugando por derecha, y por la marca personal que recibía de Ballini se movió hacia el medio, y ahí, luego de los veinte minutos, se pudo ver lo “mejor” de Independiente que logró bajar un poco el ritmo de juego para buscar mejores asociaciones pero costaba mucho hilvanar buenas jugadas ya que tanto Méndez como Ortíz mostraron sumamente imprecisos. Albertengo y Vera presionaban a los defensores de Colón que intentaban salir jugando la mayoría de las jugadas, el mediocampo tomaba bien a Ledesma y Ruíz y los defensores se mostraron sólidos ante la potencia de Vegeti que intentó por el medio y por los costados. De todas formas, la tónica del equipo fue la de esperar varios metros más atrás que lo que lo venía haciendo en partidos anteriores, probablemente por la velocidad y capacidad de dañar que tienen los extremos del Sabalero. Así, casi sin llegadas, tuvimos solo una que Méndez pateó de lejos luego de la única jugada colectiva, con pocas jugadas asociadas y poco poder ofensivo, el Rojo se fue al descanso buscando la manera de volver a tener el fútbol perdido. El segundo tiempo comenzó con la misma tesitura. Colón marcaba bien el mediocampo y a Independiente le costaba hacerse ancho para buscar desequilibrar al rival, al menos hasta el minuto 13, cuando un rebote fortuito en Toledo le dejó la cancha de frente y solo a Méndez que tuvo tiempo (como nunca ningún jugador en todo el partido) y buscó de manera formidable a “Viruta” Vera que la empujó al gol. A partir de acá se produjo un quiebre en el partido, el equipo de Franco dejó de marcar tanto el medio y se volcó casi masivamente en ataque. Pero Independiente sigue fallando muchísimo con la pelota en los pies, más allá que los ingresos de Papa y Vitale le hayan dado un poco más de juego al equipo. Claramente la defensa es lo que más mejoró en el ciclo de Pellegrino, y por eso, más allá de que Colón pusiera mucha gente en ataque y tirara centros, no pasó mayores sobresaltos más allá de una pelota que sacó muy bien el Ruso cerca del final. Lo mejor, es que Independiente ganó por cuarta vez consecutiva, pero tiene que mejorar mucho en el control de los partidos. Hasta ahora no se enfrentó con un equipo que realmente le haga un juego ofensivo de poder. A los volantes centrales les cuesta mucho recuperar la pelota y hoy, quedó demostrado que por muchos momentos, el equipo se queda sin ideas ofensivas cuando le tapan correctamente los costados con Pisano y Benítez, ya que se abusa del pelotazo y se depende más de una casualidad que de una causalidad.