asi la copa nos espera
asi la copa nos espera
Así, la Copa nos espera
20/11/2015
Por: Juan Manuel Colomer
20 de noviembre de 2015
Cuánta diferencia hay cuando Independiente puede contar con toda su jerarquía en cancha y en plenitud. Es un equipo que impone respeto y da mucha tranquilidad. Aún en la adversidad, la sensación era que lo daba vuelta y lo ganaba. Y no solo ocurrió lo que todos sospechábamos sino que además se permitió lo que nadie pudo: golear a uno de los equipos más duros del fútbol argentino y ganarle con absoluta autoridad.
Por primera vez, pudimos dar vuelta un partido en la era Pellegrino. Buena y necesaria señal. Pero además, vimos a un Independiente que después del 2-1 mantuvo la intensidad y el hambre para seguir atacando y liquidar la serie. Por eso, en una ráfaga, le bajó la persiana a la semifinal de la Liguilla. Lo destaco porque no hubiera sido nada saludable tirarse atrás y proteger la ventaja mínima. Los jugadores se hicieron cargo del momento, asumieron que estaban encendidos y que era el momento para darle el golpe de knock out a los de Zielinski. Y así fue.
El abanderado de la gran victoria fue Diego Vera. Un delantero extraordinario al cual no le pesó jamás la camiseta ni necesitó tiempo para adaptarse al Club. Llegó, jugó y se metió merecidamente a la gente en el bolsillo. Juega, hace jugar a los demás, hace goles, ataca y, como si fuera poco, también defiende. Anoche, en el final del primer tiempo, tapa tirándose de volea lo que hubiera sido el segundo de Belgrano. Un delantero completísimo que en sus declaraciones demuestra que es un tipo centrado y de mucha inteligencia, la cual aplica cada vez que salta a la cancha.
Además de la noche estelar de Vera, tuvimos a un Marciano Ortíz que sigue demostrando que es el motor que le da juego a la mitad de la cancha. Arrancó apagado y el equipo lo sentía pero cuando se enchufó, apareció lo mejor de Independiente. Valioso lo del ex Lanús porque Méndez tuvo una noche errática, coronada con una expulsión absurda pero que Trucco podía haber evitado. Tagliafico es un animal. Juega, marca y mete con el corazón. Es una tranquilidad tener ese tipo de jugadores dentro del campo. Junto con Pellerano, lo más parejo de una defensa que, como pocas veces, estuvo dubitativa y lejos de la solidez habitual. Cuesta tuvo una noche muy alejada de su gran nivel, y esto dicho más allá del error en el gol Pirata. Arriba, Benítez hizo más daño por izquierda que por derecha. El buen ingreso de Pisano y el cambio de banda fueron fundamentales. Es el jugador más desequilibrante del plantel. Maneja muy bien los dos perfiles tanto para gambetear como para centrar. Para dar el salto definitivo le falta tomar mejores decisiones, pero ayer además del segundo gol, tiene activa participación en el tercero y el cuarto. Bien rodeado y en su mejor versión, es un jugador capaz de romper cualquier partido.
Párrafo aparte para dos jugadores con los cuales tengo debilidad. Cebolla Rodríguez no tuvo su mejor noche pero aun así, con pinceladas, demuestra una calidad inmensa. Un simple toque, una gambeta, una pausa, lo ponen por encima de la media general. Necesitamos tenerlo siempre. Y volver a verlo en el Libertadores de América al Torito Rodríguez en buen nivel, me llenó de alegría. Un jugador que necesitamos más de lo que en verdad nos damos cuenta. Volante central con panorama, vertical, buen pase y que no necesita tres tiempos para parar la pelota y jugar. Otro que necesitamos siempre. Ojalá pueda estar física y futbolísticamente al 100% para lo que se viene.
Estamos a dos partidos de lograr lo que en agosto era el objetivo principal del segundo semestre. La sensación, sin pecar de soberbio, es que cuando Independiente está bien es muy superior a la gran mayoría de los rivales que pueda enfrentar. Es difícil imaginar a un Independiente superado teniendo bien a su columna vertebral. Si logramos mantener este nivel en los últimos dos partidos del año, el objetivo estará cumplido. Un esfuerzo más, muchachos. Jugando así, la Copa nos espera.