Hoy juega Independiente.
En un noviembre que no quiere llegar a los 30 grados.
Por la última chance de entrar a una competición, donde solíamos ser los primeros.
En la secuela de un ciclo con menos partidos que siempre, pero que se sintió eterno.
En un año para el fútbol donde se pusieron en cuestión quienes toman las decisiones. Todos. Desde los árbitros nacionales hasta los dirigentes mundiales.
En una cancha que se vé cada vez más completa, mientras se siente cada vez más dividida.
En un barrio donde todavía mandamos, sobre un vecino que está más soberbio que nunca.
En un país donde pensar en Independiente, esta semana, es tomar un descanso de pensar en el país.
En un continente donde Argentina no es la mejor Selección de todas.
En un mundo donde los partidos de fútbol son pausas donde mostrar paz, en medio de tanto conflicto.
A veces parece que casi todo avanza demasiado rápido y se pone cada vez más confuso.
Y sin embargo, mientras tanto, otras cosas vuelven para atrás.
Sin ir más lejos: VUELVEN LAS LIGUILLAS. Vuelven los ochenta.
"Liguilla". El nombre es de antaño.
La camiseta que va a vestir Independiente es retro.
El gusto a viejo que tiene todo esto, se parece a la sensación de no avanzar que arrastramos todo este 2015, del que todos esperábamos un poco más.
Pero la nostalgia también trae algo bueno: memoria.
Volver a tener ganas de salir campeón es lo más parecido a volver a entender qué es lo importante.
Tenemos dos, o tres, partidos. Nos puede salir todo bien, o nos puede salir todo mal.
Todo el tiempo, todo puede estar a punto de irse al carajo. Como en el mundo. Pero mientras el mundo tenga forma de pelota, el "beautiful game" lo va a hacer seguir rodando.
Vamos Rojo.
Edicion Nº
1909 correspondiente al día
07/10/2025 |
Inscripto en la DNDA:
(en tramite) |
Propietario:
Propietario
Director:
Director
Domicilio Legal:
Dirección |
Tel:
Teléfono