En el Libertadores de América y ante San Lorenzo, Independiente jugó un muy buen primer tiempo, manteniendo al rival siempre en su campo, monopolizando la posesión e inquietando en varias oportunidades el arco rival. Las llegadas eran por los costados, intentando no tirar centro y recortando con diagonales hacia el medio. La salida era clara del fondo, por abajo, con el Torito y el Marciano como ejes. Para generar espacio a los wines, por varios tramos los laterales se cerraban y jugaban desde el centro. Y todo sería color de rosas si el único error que tuvo el equipo a los pocos segundos de haber comenzado el encuentro no hubiera terminado en gol, pero así es el fútbol. El Cuervo entendió que el sector de Toledo era el más vulnerable y desde que movió la pelota lo único que hizo fue buscar ese espacio y generar el 2 contra 1 por allí. Así vino el gol. La única jugada de riesgo de los dirigidos por Aguirre pero la más efectiva de todos los primeros cuarenta y cinco minutos. Después de eso, el visitante como decíamos regalo pelota y campo al Rojo que no sufrió como otras veces en la generación pero tiene un fuerte trauma que le impide concretar lo que genera. Por lo mostrado y a pesar de irse en desventaja el equipo se retiró al descanso con aplausos. En la segunda mitad Milito armó una línea de tres defensores, con Tagliafico de stopper por izquierda y Toledo haciendo las veces de lateral/volante en la derecha. La tónica siguió siendo la misma, un San Lorenzo absolutamente replegado revolcando la pelota a cualquier lado e Independiente intentando, mal, pero intentando. Vera está cada vez más incomodo con el juego que plantea el equipo, sobre todo cuando como hoy hay muchos centros y el al no ser un experto en esa materia termina regalando muchas jugadas. Además, le cuesta asociarse bien y se retrasa mucho, haciendo que no quede nadie como referencia. Esto le valió ser reemplazado por Denis luego del penal atajado por Campaña. También hizo su ingreso Sánchez Miño por el inocuo Rigoni. Rápidamente el Tanque tuvo una que pegó en el travesaño y a los pocos minutos San Lorenzo estiró la ventaja en su tercer ataque de toda la tarde. Contundencia pura la de los visitantes. El Rojo siguió buscando y buscando de la mano de Barco, quien fue por escándalo el mejor jugador del partido. Panorama, gambeta y buenos pases fueron las armas que el juvenil desplegó durante los noventa minutos.En el final, Independiente al menos se sacó la mufa de no convertir y el equipo descontó tras otro gran cabezazo de Denis. ¿Jugó mal? No. ¿Jugó bien? Por momentos si, pero debe mejorar muchísimo en la definición. Hoy Barco le dió el pase y el cambio de ritmo que faltó en varios encuentros anteriores. Pero no alcanza, porque si no se hacen goles, todo lo otro bueno que se hace, queda totalmente desdibujado. La semana que viene podemos tener la mejor recuperación contra el rival de siempre y va a ser un buen momento para dar vuelta la situación.