Independiente jugó un pésimo partido frente a Central y cayó como local 2 a 0. El equipo de Mauricio Pellegrino fue pisoteado fisica y futbolísticamente por los rosarinos y sigue preocupando a sus hinchas. En la primera mitad se vio mas de lo mismo que en los otros partidos. Un equipo muy lento que se pasaba la pelota sin tener esas pequeñas sociedades que sirven para que fluya el fútbol. Si bien Central no llegaba, el Rojo se pudo acomodar recién en los últimos 10 minutos de la etapa inicial. Ahí fue cuando tuvo las dos opciones más claras de la tarde: el tiro de Benítez en el palo y un remate suave de Germán Denis que contuvo fácilmente el arquero Canalla. En el complemento, y cuando el Rojo intentaba despertarse, Pablo Alvarez madrugó a Gustavo Toledo, quién le arrastró el pie de apoyo adentro del área. Jorge Baliño sancionó penal, y Marcelo Larrondo lo cambió por gol. Cuando el Rojo intentó asimilar el golpe e ir -es un decir- a buscar el empate, tras un tiro de esquina a su favor, los rosarinos metieron una contra fulminante y liquidaron el encuentro, con un golazo de Jonas Aguirre a los 19 del complemento. Faltaba mucho, pero se veia que salvo un milagro, Independiente no podía dar vuelta jamás ese partido. Los cambios de Pellegrino -insólito que teniendo a Diego Vera y Droopy Gómez, el primer cambio sea Pulguita Vidal- no respondieron tal como lo esperaba y el Rojo se diluyó en una mediocridad preocupante, más si se tiene en cuenta que no fue cosa sólo de esta noche, sino que ya viene de arrastre.