Son muchos lamentablemente los conflictos económicos que sufrió el club en los últimos años. Y como todos los socios sabemos, son dos los que nos complican muchísimo, por el monto y lo difícil que será afrontarlos.

Obviamente hablamos de las situaciones con el América de México y Gonzalo Verón, pero ahora nos vamos a explayar en esta última. Aunque quizá eso sea hablar de las dos, ya van a ver porque.

Porque el litigio con este jugador, es el ejemplo más claro de lo nefasto que puede llegar a ser el negocio del fútbol, desde todas las patas de la mesa, como se dice habitualmente.

Por un lado, una dirigencia inoperante, que manejó a Independiente como si fuera una verdulería. Que dormidos en los laureles cometieron errores previsibles, como firmar muchos contratos altos en dólares cuando todos los hinchas pedíamos ir por la octava y la moneda estadounidense pasaba de 15 a 45 pesos en un par de semanas. Pero después llevaron los errores a la imbecilidad (como mínimo) cuando los repitieron varias veces y trataron los litigios legales como si fueran problemitas con afiliados del sindicato que manejan. Perdieron todas las demandas y destruyeron la economía de Independiente, dejando las dos deudas más grandes de la historia.

Después tenemos al jugador, que aprovecha un justo reclamo para estafar a la institución. Porque Gonzalo Verón tiene todo el derecho del mundo en exigir judicialmente que el club le pague lo que se comprometió a abonarle. Y esto no admite discusión alguna, por más que nos duelan las cifras y su mediocre paso por el Rey de Copas. Pero una cosa no quita la otra. Que por una imbecilidad (en el mejor de los casos) de los dirigentes, él reclame el triple de lo que se le debe, es ridículo. Que se ampare en una ley (la de la doble indenmización), como si fuera un pibe que laburó en bici para PedidosYa, es obsceno.

Hoy trató de dar lástima en una nota que le dio a Clarín, diciendo que Independiente le arruinó la carrera, como si estuviera jugando en la B de Perú por otra razón que no sea su pobre nivel. Y que tiene miedo de regresar al país, justamente en momentos en los que lo citó la justicia Argentina para una audiencia. Por más que haya vericuetos legales que lo respalden, por más que no se lo pueda denunciar ni meter preso por esto, cada dólar de más que Gonzalo Verón se lleve, es un dólar que le roba a los socios de Independiente.

Por último, tenemos otra pata que no es menos asquerosa que las anteriores. Es la de los rumores posiblemente incomprobables, que por ejemplo vinculan a las dos deudas, con Nazareno Marcollese, representante de Verón, como responsable y extorsionador. Que el arribo del exSan Lorenzo era para destrabar lo de Silvio Romero, que lo de Verón ahora sirve para destrabar el juicio con el América, todo da náuseas. Para despejar cualquier duda, hoy el jugador dijo que él con "Naza" son uno y piensan y actuan a la par.

A veces a los hinchas nos cuesta entender que los jugadores y representantes son trabajadores también, porque ganan una fortuna. A veces es fácil ser generoso con el dinero de los demás. En otras, es simple acusar de ladrones a los dirigentes por contrataciones que hubiera hecho cualquier hincha, y que luego salieron mal.

Pero esto excede todo tipo de límites y no admite discusión alguna.

Son todos unos caraduras.