La relación entre Leandro Fernández e Independiente tuvo varios idas y vueltas, con un alto grado de toxicidad pero con buenos momentos algo más que esporádicos.

Sin embargo, como toda relación de ese estilo, sin mucho sustento, sin estar firme, está a nada de desmoronarse.

Es que el delantero, quien volvió al club a principios de año y escribiera una carta pidiéndole disculpas al hincha por haberse ido libre, cuando el club le había bancado dos lesiones importantes y que además lo había comprado en 2016, volverá a irse sin dejarle nada al club.

Si bien la realidad hoy es distinta porque el jugador vino por el sueldo y el club no hizo ninguna erogación, no deja de ser curioso que después de transformarse en la figura del equipo a lo largo del año, termine dejando el club cuando todo indicaba que iba a renovar el vínculo.

Las razones que aduce Fernández son familiares y por eso seguirá su carrera, según se dice, en el fútbol chileno. Lo cierto es que Independiente deberá buscar más incorporaciones para suplir esta baja inesperada.