como los del cholo
como los del cholo
Como los del Cholo
15/02/2015
Por: Carlos Perez
15 de febrero de 2015
(COLUMNA DE OPINION) Independiente se jugaba mucho más que los tres puntos en su excursión a Rosario. Nosotros los periodistas, empujados por la gente o viceversa, ante una hipotética derrota, se hubiera generado una histeria insoportable con relación al DT de los famosos 33 puntos y de la decisión de separar del plantel a Montenegro.
Fue a Rosario a jugarse mucho más que tres puntos y en una nueva prueba de carácter, el equipo de Almirón dio la cara. Fue superior al rival, le ganó 3 a 2 pero pudo haberlo goleado si no fuera por la mala puntería de Lucero, Graciani y Valencia, entre otros o por decisiones de Rapallini y los lineas que perjudicaron a Independiente -no hay penal de Tagliafico y la de Ustari era roja-, y porque el rival aprovechó las únicas dos llegadas que tuvo en el complemento.
Es cierto, en la primera etapa el Ruso dio la cara dos veces cuando Newell´s amenazaba a ser un león que terminó siendo un gatito. Es que tácticamente, Almirón lo mató a Gallego. Le tiró a Pisano, de actuación sobresaliente, sobre Casco y lo arruinó, por consecuente, a Maxi Rodríguez que no tenía su socio ideal.
El Rojo le metió un ritmo infernal con un doble 5 que funcionó a la perfección. Mancuello llegaba libre y nadie lo marcaba y el Torito hacía lo suyo en la marca. Le metió una presión inteligente donde tenía que hacerlo, en la mitad de la cancha, desnudando todas las falencias que tenian ellos atrás. Todo esto con una estructura defensiva rígida, donde los laterales pasaron poco al ataque pero mostraron un compromiso que hacía mucho no se veía con la marca.
El Rojo estaba concentrado al mango, metiendo en todas partes y con dos delanteros que volvieron locos a los centrales de la Lepra porque metían más diagonales que Dardo Rocha en su fundación de La Plata. Parecía uno de esos equipos de Simeone, nada ultraofensivos, pero con cada uno de sus integrantes sabiendo lo que tenían que hacer y ejecutándolo a la perfección, más allá de quien esté enfrente.
Se celebra la gran actuación de Pisano y Albertengo, la paciencia de Lucero, el sacrificio de Mancuello y Rodríguez y la firmeza de un Figal, otras veces cuestionado, que hoy estuvo a la altura. Pero sobre todo, el carácter que tuvo el equipo para sobreponerse a la adversidad de que la Lepra te empate en 15 minutos. El Rojo lo fue a buscar sabiendo que lo iba a ganar, convencido de ello y así lo hizo. Ahora hay que reafirmar esta gran actuación de local ante un equipo distinto que se va a venir a refugiar. Vamos Rojo todavía.