La inminente salida de Diego Rodríguez plantea un gran interrogante en el mundo Independiente: ¿Por qué dejar ir a un jugador titular con contrato y que rindió con esta pesada camiseta?
Parece que el peor rival de Independiente es Independiente. Esa fue una máxima que leímos y escuchamos durante los últimos años y que, con la llegada de Ariel Holan y la consagración de una idea en el mítico estadio Maracaná, parecía haberse enterrado, sin embargo sigue pasando.
¿Es cierto que a Holan no le gusta Rodríguez? Suena raro si se tiene en cuenta que terminó siendo titular. Nos preguntábamos lo mismo con el Rolfi Montenegro en la época de Jorge Almirón, pero ahí las razones parecían ser otras. Justamente, en el mencionado Maracaná, el Torito jugó un partidazo, con un rendimiento sostenido en meses, en donde alternó cuando no se usó el doble cinco con Nico Domingo, otro de gran rendimiento.
Cuando se eligió jugar con dos volantes centrales siempre fueron los elegidos.
Independiente hoy tiene dos volantes de marca -Torito y Domingo- y otros "mixtos" que pueden cumplir dicha función -Gaibor, Jonás- pero que distan de dar la talla como los primeros mencionados. Se viene un semestre importante, en donde el Rojo se juega la busqueda de la octava Libertadores, la Copa Argentina que nunca ganó y el torneo local que no obtiene desde hace 16 años.
¿Es necesario desangrar tanto a un equipo que seguro pierda a su principal figura -Meza-?
Las opciones que aparecen en el horizonte son
Eric Remedi, jugador por el que Banfield pretende 3 millones y medio de dólares y
Carlos Benavidez, el interesante joven uruguayo de Defensor Sporting, por el que se pretende una suma cercana a la del volante del Taladro. Serían inversiones interesantes a futuro, pero Independiente necesita presente. Y el presente indica que
ninguno de los dos jugadores puede jugar la Copa Libertadores para el Rojo porque ya lo hicieron para sus respectivos equipos.
Otros jugadores en carpeta, que si podrían disputar la Libertadores, son los de el chileno de 32 años, Francisco "Gato" Silva y el joven paraguayo Richard Sánchez. El primero pretende ganar más de un millón de dólares por año más el valor de su ficha. Por el segundo, Raul Amarilla, manager de Olimpia,
anoche en Orgullo rojo tasó al jugador en 7 millones de dólares. No estoy en contra de las grandes erogaciones que en realidad son inversiones, sobre todo cuando se trata buenos jugadores. Pero entonces, después no nos mientan en la cara diciéndonos que el Toro pide mucho para renovar. ¿Pide más que todos estos posibles reemplazos a los que hay que sumarle la transferencia? La respuesta es un no rotundo.
Entonces dirigentes y cuerpo técnico, tengan en cuenta que la decisión que van a tomar va a comprometer el futuro de Independiente, que puede salir bien, pero que hay una serie de aristas que indican todo lo contrario.