dia de gracias
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Día de gracias
26/11/2015
Por: Eugenia Ferreras
26 de noviembre de 2015
20 de febrero. Primer partido del año de Independiente en el Libertadores de América. Empate mediocre contra Sarmiento de Junin. Todo enamoramiento despertado una semana antes, en Rosario, en el maldito Día de San Valentin: se caía. Porque si hay algo que desencanta, mucho más que la decepción, es la mediocridad.
Este año no había excusa. Ya considerábamos, todos, que el período de transición se había terminado. Este año no podíamos conformarnos con cumplir. Había que ir por la intensidad, porque teníamos más cosas que conseguir.
Y sin embargo, en toda la primera mitad del año, y hasta un poco más después, no se terminó de llegar nunca a ese nivel de excitación del que seguíamos abstemios. Todo se siguió sintiendo un poco igual que ese primer empate en casa: mediocre. Tan horrendo como suena.
Hasta (por fin) el Clásico en casa. Ese día fue la bisagra.
A partir de ahí (ya lo he dicho por acá) Independiente recordó quién era. Porque con ellos nos es más facil que con nadie, medir lo grandes que somos.
Se mejoró, después de ahí, pero así y todo pasó el año y no se consiguieron las cosas que esperábamos. Y lo peor, es que podíamos. Eso es lo que más molesta.
Por eso, al Independiente que arrancó éste año seduciendo en San Valentin, hoy le tengo que pedir que haga su acción de gracias. A todos y por todos los que creíamos que este año íbamos a poder.
Además de la clasificación y además del Clásico, nos deben ese cierre: terminar el año orgullosos.
Y como plus, last but no least, sumar un comprimiso más para el 2016, renovaría la responsabilidad de que se cambie lo que se tenga que cambiar y se mejore lo que se tenga que mejorar, para conquistar todo lo que nos queda.
Que el domingo que viene sea el día. Que el año que viene sea el año.