(COLUMNA DE OPINION) Después del baldazo de agua fría que significó caer de local frente a Godoy Cruz, todos los hinchas de Independiente nos preguntamos lo mismo: ¿qué tiene que pasar para no volver a quedar en descenso?
Cansados de ni siquiera sumar un punto, no queda otra que mirar a los rivales directos y hacer cuentas. Nos encontramos siguiendo las campañas de San Juan, Quilmes, Unión y Rafaela, algo que jamás se nos cruzó por la mente.
Y cuando pensamos en cosas que jamás se nos cruzaron por la mente, aparece el deseo menos pensado de todos, el que más duele, el más triste: es que hoy estamos tan desesperados, que deseamos que Racing gane…Nunca pensé querer que mi enemigo más íntimo de todos triunfe. Ese enemigo al que siempre gocé, al que siempre mire desde arriba. Tener que prenderle velas para que gane, es humillante. Cuesta escribirlo, pensarlo y sentirlo. Pero es la realidad, la triste realidad que nos toca vivir hoy.
Cansados de no recibir satisfacciones propias, sólo queda esperar que pierdan todos nuestros rivales directos para volver a creer en que se puede. La brecha cada vez es más corta, los puntos en juego cada vez son menos y la desesperación cada vez es más.Sólo queda apoyarnos los unos a los otros y tirar para adelante, esperando que de una buena vez esto termine con un final feliz.
Edicion Nº
1909 correspondiente al día
07/10/2025 |
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