el karma del 8
el karma del 8
El karma del 8
19/12/2013
Por: Carlos Perez
19 de diciembre de 2013
En los últimos años en Independiente ocurre un extraño fenómeno que gira en torno a volantes que surgen de las inferiores como grandes promesas pero que se terminan apagando como un fósforo en la mayoría de los casos.
Todos tienen la particularidad de que los primeros partidos los arrancan de "8", es decir como volantes por derecha, y en la mayoría de los casos se suele leer o escuchar "en las inferiores era enganche".
El primer caso que aparece, trazando un supuesto orden cronológico, es el del Toti Rios, quién fue comparado con Riquelme y Verón allá por el 2002 y terminó desapareciendo del mapa futbolístico. Rios debutó de la mejor manera, con un golazo ante Lanús en la vieja Doble Visera y jugando como volante por derecha. Puesto que repitió en las primeras 9 fechas del 2002 hasta que Lucas Pusineri se quedara con su puesto.
Sin embargo, el nivel del Toti duró, siendo generosos, no más de un año. Terminó perdiendose en la mediocridad de todos esos hábiles que no llegan a dar el salto.
El caso Fredes es similar. Arrancó en un torneo de verano -cuna de Gastón Galván, otro que podría estar en este selecto grupo- como la gran promesa de la época. Sin embargo año tras año, su nivel iba decayendo, no rendía por derecha, y encontró en el doble cinco su posición ideal, que la explotó el Turco Mohamed en la Sudamericana. Sin embargo, como Rios, duró seis meses su buen nivel. Hoy por hoy es amado por unos por pedirla siempre y odiado por otros que lo ponen como la imagen del descenso, pero lo cierto es que nunca despegó.
Más acá en el tiempo nos encontramos con una aparición en el Clausura 2012, con Cristian Diaz en la dirección técnica, se le dieron oportunidades a varios juveniles. En ese rubro entró Fabián Monserrat, quien en sus primeros partidos parecía que sabía todo. Un tipo pensante que siempre se tomaba un tiempo de más para tomar la mejor decisión.
A diferencia de Rios y Fredes, este "veranito" duró mucho menos. Es que el descenso acechaba y las piernas de los jugadores respondían cada vez menos. Entonces Monserrat pasó de ser un pensante a ser un híbrido y de eso a, casi, no tener oportunidades. Hoy sigue en el club deambulando en la mediocridad.
Para finalizar, el último ejemplo es el más reciente, aunque es el menos 8 de los cuatro casos mencionados. Hablamos de Leonel Miranda, un volante sin posición clara pero que arrancó en el verano pasado con el Tolo Gallego, como volante por derecha. De hecho jugó varias veces por las bandas en el torneo en el que Independiente descendió y hoy lo sigue haciendo aunque por izquierda. Arrancó con todo, una gran aparición veraniega ante Racing y un gol, ante el mismo rival, por el Clausura. Pero con el paso de los partidos ocurrió lo mismo que en los casos mencionados. Lo que parecía bueno terminó no siendolo.
Uno muchas veces comete el error de apurarse en la definición sobre una aparición, pero acá, extrañamente, el patrón es el mismo. Jugadores que en inferiores no eran 8 clásicos, debutan en primera en esa posición con un aparente buen nivel y terminan perdiendose entre la vulgaridad. No son los únicos cuatro casos, de hecho se pueden agregar a esta lista jugadores como Leonardo Pekarnik, Gastón Galvan y Martín Fabro siguen la misma lista. La del Karma del 8.