el nuevo benitez
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El nuevo Benítez
29/07/2015
Por: Eugenia Ferreras
29 de julio de 2015
Un buen ejercicio para entender un presente, es entender una figura del presente.
Ya lo hablamos un montón de veces y la idea no es volver a ésto, pero: Mancuello fue un poco el símbolo de nuestra recuperación y comienzo de una "reconquista". Como jugador y como hincha, representó los dos lados.
Del mismo modo, está apareciendo ahora otra figura que evidencia un fin de transición y certeza de que la "reconquista" está en marcha.
"El nuevo Mancuello", dicen y lo mencioné ya en ésta columna, la semana pasada: Martín Benitez está demostrando en persona el "cambio de cabeza" que Pellegrino está significando para el equipo, pero también el cambio de cabeza que está sintiéndose en el aire del Libertadores de América y en el humor del hincha de Independiente en general. Y en Independiente, en general.
Pero además de ser un chico del club que estuvo siempre ahí y de repente se despertó (como parece que estamos destinados a que nos pase con esos a los que tanto puteamos -y qué bueno que nos pase-), Martín es uno que no hace mucho tuvo que aguantar que todos los diarios hablaran de él, antes que por su juego, por su vida personal. Y como si fuera poco, que después de cada partido jugado, todos los hinchas lo cuestionáramos y saliéramos a decir "Basta de Bénitez".
Martín es uno que viene de ser muy criticado en todos los frentes, como Independiente. Y que ahora está encontrando en qué creer y en quién confiar, como Independiente.
Algo para volver a mirar del partido del domingo, aparte de su decisión al patear los goles, es su decisión al festejarlos. Corriendo a abrazar a sus compañeros, que lo levantaban en el aire.
La forma en que se sienten y mueven los jugadores, es reflejo de la forma en la que se siente y mueve Independiente.
Cuando Lucero entró a la cancha también, por ejemplo, fue lindo ver que Papa se levantó del banco de suplentes y se acercó a decirle algo al oído y darle un empujón. Algo está haciendo que pasen esas cosas y ojalá se mantenga. Ojalá Lucero escuche más a Papa que a los silbidos. Y ojalá Benítez siga más cerca de esos compañeros que lo quieren levantar, que de esos "Basta de Benítez" que lo querían bajar.
A nosotros, mientras tanto, Benítez nos sirve. Porque nos hace sumar puntos, pero también porque verlo nos identifica y nos recupera.
Benítez no es el nuevo Mancuello, Benítez es el nuevo Benítez. Y eso le hace bien (nos hace bien) al nuevo Independiente.