No hay ninguna duda de que estamos en un contexto muy positivo futbolístico. Que no solo abarca el comienzo de este año, sino que ya venía del final de 2024.

El equipo de Vaccari no brilla, de hecho de visitante está jugando mal, pero en casa armó una fortaleza que lleva ocho triunfos consecutivos, y en donde no pierde desde hace diez meses. De hecho el nuevo DT no conoce la derrota en Avellaneda.

Hasta ahí, todo parece estar bien, pero no. Además de la falencia en calidad de visitante, hay otro ítem en el que el Rojo está en falta, y duele muchísimo.

Independiente no está ganando clásicos, de hecho obtuvo un triunfo en los últimos 20, una locura.

El dos a cero en el Cilindro, cuando arrancaba el ciclo Tévez, es la única victoria en más de tres años. Para la anterior, hay que remontarse hasta fines del 2021, por la mínima en casa ante Boca.

Son once empates y ocho triunfos, realmente un papelón, más teniendo en cuenta que van ocho sin llevarnos los tres puntos.

Tenemos un equipo que está en crecimiento, con buenos jugadores, como hace rato no tenemos. Para remontarnos a un plantel de esta relevancia hay que viajar en el tiempo más de cinco años, mínimo hasta el 2019.

Hay dos clásicos por delante, mañana ante San Lorenzo de visitante, y después con los nietos. Con la presión de que la historia no se replicó en los últimos años, y venimos ganando todo en casa.

Es acá en donde hay que crecer.

Es ahora cuando hay que forjan un equipo ganador.