A Arrigo Sacchi, extécnico que marcó una época con el Milan a fines de los '80 y con la Selección italiana en los '90, le preguntaron, en su libro autobiográfico "Fútbol total", qué significa para él el fútbol y cuál es su concepción de éste. El italiano fue famoso por retomar y perfeccionar los conceptos de la Holanda del '74 y por generar un fútbol vistoso, aplaudido por todos. Lo que contestó fue lo siguiente:
¿Qué es el fútbol?
-Un espectáculo deportivo donde se debe divertir, convencer, vencer. Una victoria sin mérito no es una victoria.
¿Cómo se realiza?
-El club: que tenga un proyecto ambicioso, organizado, moderno y con objetivos claros. El cuerpo técnico: Una brillante idea de juego, capacidades educativas y didáticas, perfeccionismo y sensibilidad. El jugador: la persona, la motivación, la inteligencia, la conciencia de la colectividad, el temperamento, la velocidad, el talento y la técnica.
¿Cómo se trabaja?
-Sobre la didáctica colectiva de juego para adquirir una técnica individual a través del equipo y el juego. (...) Se parte del equipo y del juego para llegar al individuo; no al revés.
-No a un fútbol defensivo, individual y especializado.
-Formar un grupo que se transforma en un equipo a través del posicionamiento, la comunicación y la conexión.
-Una interacción técnico/táctica/psicológica.
-Todos deben participar y conocer las fases de ataque y de defensa, todos deben trabajar con y para el equipo, en todo el campo y todo el tiempo, once jugadores en posición activa con y sin pelota.
Objetivos:
-Mejorar al muchacho y al jugador.
-El fútbol colectivo.
-El fútbol total.
-Solo en el protagonismo se crece.
-Ser los dueños del campo y de la pelota.
-Ganar con respeto, perder con dignidad.
Es imposible, hasta por el más acérrimo crítico de esta etapa, no encontrar similitudes con el Independiente de Ariel Holan. Solo quien realmente vio todos los partidos de los últimos tres años y vivió la etapa de reconversión del equipo puede entender de lo que hablo. Siempre marqué, en estas columnas, del cambio de raíz que el Profe logró en el club y que tan necesario era, y muchos de ellos tienen que ver con la mirada que Sacchi le imprime a este hermoso deporte.
Hoy, incluso, algunos medios hablaron de "Holan-da", un poco jugando con el título y otro comparando -e incluso subvirtiendo- a Independiente con La Naranja Mecánica. No sé si da para tanto, pero yo sí veo que varios jugadores de mi equipo son polifuncionales y se desempeñan en varias posiciones (Meza, Jonás, Miño, Taglia, Silva, Barco, Albertengo, Leandro, etc); que practica un fútbol ofensivo, siempre protagonista, potenciado por su juego colectivo; que a la hora de perder lo hace con dignidad; que trabaja varios aspectos psicológicos (con la enorme gestión del Profe Alejandro Kohan y el resto del CT) y que formó un grupo muy unido -de buenas fuentes-; y que tiene hambre y ambición.
La ilusión, tal vez, haga que se exacerben algunos sentimientos y que las virtudes que acá se marcan se enaltezcan por demás. Pero también es cierto que el hincha de Independiente hoy va a la cancha y pese a que desconoce cómo será el resultado final, sabe qué es a lo que asistirá. El Rojo va a ir al piso en todas, va a poner y va a intentar jugar como históricamente lo hizo. Eso se llama identidad. Se llama pertenencia y respeto a una idea. Es lo más valioso que nos dio Holan, el técnico que comprendió realmente adónde se metía y lo que debía hacer.
Del partido de ayer, poco se puede decir. Sólo había que jugarlo con seriedad y no sobrarlo, no descuidarse, y eso es lo que Independiente hizo. Fue netamente superior en los 180 minutos y el Profe pudo aprovechar este roce internacional para improvisar variantes tácticas, con Sánchez Miño por momentos de enganche, con Gastón Silva primero y Maxi Meza después jugando como laterales derechos, con Domingo Blanco como armador y como punta, etc. Y en medio de ese "entrenamiento profesional", se llevó uno de los goles más lindos de este ciclo. El equipo está aceitado y sumando muchísima confianza.
Otra vez, esta institución vuelve a aparecer en las fases más importantes de un torneo continental, después de años de penar en los octavos o cuartos de final, de merodear por los abismos más oscuros de nuestra historia. Solo que ahora, a diferencia del 2010, se llegó a esta parte junto con los méritos de las victorias de las que Arrigo habla, jugando el fútbol que queremos ver y resucitando al Paladar Negro que tanto extrañábamos y hasta habíamos sepultado. Independiente recuperó el amor por las Noches de Copas, que volvieron para quedarse y que (el miércoles se) demostró que no son para cualquiera. La historia está poniendo, poco a poco, todo en su lugar de nuevo. Solo falta, para que esté todo acomodado, ganar esta Copa Sudamericana.
Por
@rffailache