habia que hacer un gol
habia que hacer un gol
Había que hacer un gol
18/04/2015
Por: Luciano Loricchio
18 de abril de 2015
Si el fútbol se basara en méritos, diferente sería el encabezado de esta crónica. Como en este deporte gana el que hace más goles, sólo podemos decir que Independiente sacó un pobrísimo empate ante Argentinos Juniors, que jugó casi todo el segundo tiempo con un jugador menos. El equipo de Almirón hizo todo para ganar menos el gol. Se retiró muy silbado.
Si bien el partido comenzó parejo, fue de Argentinos la primera chance clara de gol. Aprovechando el mediocampo partido del Rojo por la ausencia del Torito Rodríguez, un rápido contraataque terminó con un remate que el otro Rodríguez, el Ruso, supo mandar al corner. Así quedaron claras las intenciones de ambos equipos. Independiente presiona y quiere llegar al fondo con toques, el ‘Bicho’ se planta bien atrás y sale con contraataques y pelotazos.
Recién a los 15 minutos llegó la primera jugada clara de Independiente en los pies de Pisano, que comenzó desequilibrando desde la mitad de cancha, y apilando rivales le metió un precioso pase bombeado a Riaño, que no pudo parar la pelota con tranquilidad para definir. Si bien la ‘idea’ es el juego en equipo, son las individualidades las que resaltaron en los primeros minutos.
Con el correr de los minutos, Independiente fue tomando más terreno y posesión, aunque con graves errores para crear situaciones claras. Sin sobresaltos defensivos pero sin intenciones de gol, el 0-0 le calzaba perfecto a uno de los partidos más aburridos en lo que va del torneo. Para darse una idea del nivel de juego, fue Victorino el único que supo dar una gran habilitación que Lucas Albertengo no pudo concretar casi sobre el final del primer tiempo.
Imprecisiones, pelota dividida en la mitad de la cancha, dos arqueros de sobra y un Federico Mancuello que pareció estar sumamente incómodo en esta nueva/vieja posición, más preocupado por la marca que por la creación ofensiva. Eso es lo único que dejó la primera mitad. Ya en el segundo tiempo, Almirón cambió el esquema: sacó a Riaño (lesionado) y puso a Graciani por derecha, desprendiendo a Pisano.
Esa variante fue acompañada por un clarísimo cambio de actitud. El equipo del ‘Extraterrestre’ salió a comerse la cancha. Sin ideas pero con muchísimas ganas fue decidido a buscar la victoria. Como si fuese poco, a los 13 minutos Argentinos se quedó con diez por la expulsión de Matricardi por doble amonestación. La mesa estaba servida para el ‘Rojo’.
En la jugada inmediata a la expulsión, el arquero del ‘Bicho’ le sacó el gol a Mauricio Victorino quien, de cabeza, obligó a Ojeda a volar para despejar la bocha por arriba del travesaño. Lo que faltaba para ir decididos a por la victoria era aceitar el sector izquierdo. Afuera Papa, adentro Martín Benítez. Ahora sí, sólo falta hacer el gol. Y todavía quedan 30 minutos.
Pero al Independiente de hoy le cuesta horrores hacer un gol. Le cuesta horrores gestionar una jugada asociada que termine dentro del área rival. Le cuesta horrores hasta ligar un rebote a su favor o un error defensivo del rival. Un rival, ya que estamos, que se preocupó más por hacer tiempo desde que arrancó el partido que de buscar llevarse los tres puntos.
Para cambiar la suerte, el último cambio a los 33 del complemento: sale Matías Pisano e ingresa en su lugar José Valencia bajo una lluvia de silbidos. Los insultos no son para Valencia. No son para Pisano. Son para Almirón. La gente perdió los cabales con esa polémica modifiación. Aún así, a Independiente sólo le falta hacer el gol.
Hizo todo lo posible para que llegue. Consecución de corners de Mancuello, remates desde afuera del área de Mancuello y Graciani. Centros por arriba y por abajo que no pudo llegar a concretar Mancuello. Sí. Mancuello, Mancuello y Mancuello. Mancuello pateando, Mancuello definiendo, Mancuello haciendo los laterales. Sólo falta el gol.
Y así se fue el partido. Independiente jugó uno de los mejores segundos tiempos del torneo, con la personalidad que reclamó el técnico en partidos anteriores, con algo de ese juego al que nos tiene acostumbrados y, por sobre todo, con muchísimas ganas de ganar. Tuvo un jugador más durante media hora y no pudo aprovecharlo. Sólo le faltó hacer el gol.