Hola Kun ¿Cómo estás? Tanto tiempo. ¿Te acordás cuando entraste con 15 años a la doble visera? Yo si, ingresaste con el dorsal 34 en la espalda, en lugar de Emanuel Benito

Rivas. La pilcha te quedaba enorme, pero nunca me voy a olvidar de la magia que tenían tus botines. Ese día hiciste un par de gambetas y ligaste aplausos de parte de, quizás, la platea más

exigente del fútbol argentino.

Después llegaron tus goles y un par de triunfos inolvidables a Racing de local y visitante. Todavía recuerdo ese gol de antología que hiciste arrancando con la pelota desde mitad de

cancha, dejaste a Crosa en el piso, estampaste el pelotazo contra la red y se lo dedicaste a tu gran amigo Emiliano Molina.

En aquel entonces, siendo apenas un pibe, te metiste al hincha en un bolsillo con tanto fútbol. Me animo a decir que desde el bocha que no teníamos un jugador tan joven que use la 10 y

nos de tanto pero tanto orgullo verlo jugar así en nuestra cancha. Además, eras 100% nuestro.

En Independiente jugaste un total de 56 partidos y metiste 23 goles. En el último, te retiraste llorando de emoción en la cancha de Olimpo, mientras el hincha cantó: "Agüero no se va" y "Borombombom borombombom para Agüero la selección". Se ve que ese pedido se lo tomaron en serio, porque en la Albiceleste nos diste más de una alegría, siendo hasta el día de hoy el tercer máximo goleador histórico, solo detrás de Bati y Leo.

Me acuerdo cuando donaste plata para hacer el predio junto a Gaby donde hoy entrena la primera, cuando te colgaste en la espalda una bandera Argentina con el escudo de

Independiente en el City y la vez que le preguntaste a Messi por qué usaba la camiseta del Rojo cuando era chico, sacándonos una sonrisa cuando dijo que porque le gustaba. Siempre

(en algunos momentos más y otros menos) te acordaste de nosotros de alguna u otra manera y eso lo valoré, porque sabes bien lo que manda la historia: somos el orgullo nacional.

¿Qué decir de tu vuelta que no fue? A mí me dolieron los rumores y declaraciones, estuve atento a lo que se dijo y lo que no se dijo. Somos varios los hinchas que tenemos sentimientos

encontrados con tu vuelta. Por un lado, queremos que vuelvas. Porque más allá de todo el mundo mediático tu alrededor, sabemos que sos uno más de nosotros que mamó el club

desde muy chico y que querrías verlo campeón SIEMPRE, como un hincha más. Además ¿A quién no le gustaría que juegues una copa y que la levantes, si de eso sabes? Por otro lado,

cuesta entender por qué no volviste, por qué no se dio tu vuelta...

Quiero confesarte que todos estos años seguí tu carrera esperándote a vos y a tu fútbol de potrero. También quiero que sepas que comprendo tu enojo porque es el mismo que sentimos

todos: malos manejos políticos de parte de una dirigencia que usó tu nombre para sacar provecho en distintas situaciones y otras cosas, muchas, que no entenderemos, ya que dijiste

que solo vos las viviste y que estoy seguro de que te dolieron. En eso te respeto.

Me dolió ver que te retirabas por esa maldita afección cardíaca. Me pareció una injusticia inadmisible, eras, en mi humilde opinión, el mejor delantero argentino de los últimos 20 años

(detrás de Messi) y tenías todavía mucho más por delante. Ya sé. En el hipotético caso de que puedas jugar, querés ganar. Ya sé que no querés venir a dar lástima o a pasar vergüenza en el club. También entiendo bien que, a tu manera,

estás disfrutando también de tu retiro forzoso. Pero también acabas de decir hace unos días que si fuera por vos, estarías jugando YA en la cancha de Independiente.

Si tengo que ser sincero (porque a vos te gusta que se diga la verdad) lamentablemente hoy no estás entre el grupo de las glorias del club. Pero sí puedo decir que sos un miembro más del

buen fútbol que caracteriza a nuestro paladar negro. Porque en este club se debería poder ver siempre un buen fútbol, porque esto es Independiente. En fin, Kun, ¿Quién soy yo para decirte que no vuelvas? Al fin y al cabo, yo nunca jugué

ni pisé ese verde césped como vos. Nunca tuve al señor Pastoriza de director técnico. A mí nunca me dirigió el gran mencho Balbuena como primer técnico de inferiores, no tuve esos como tantos

otros privilegios. Tampoco puedo decir que el mismísimo Ricardo Enrique Bochini me entregó la 10 y la honré jugando al FÚTBOL. Vos sí sabes lo que es eso ¡En carne propia! y que vos

hayas honrado la camiseta cada vez que la usaste, a mí me infla el pecho, qué más puedo decir...es innegable eso, así que gracias por jugar en el club más grande de América.

¿Sabes qué? La vida está llena de contradicciones y de reencuentros que sanan heridas... Volvé Kun. Volvé en la forma que quieras. Pero volvé porque vos querés, porque realmente lo

sentís en tu corazón tanto como nosotros. Si venís, te voy a estar esperando en la puerta, con los brazos en alto. Volvé para aportar, para sumar, para traer todo lo que aprendiste:

bienvenido seas. Si querés retirarte en nuestra cancha para cumplir tu sueño de volver a vestir de rojo y seguir mostrándole al mundo lo grande que es Independiente: seré uno más de los

que esté ahí para acompañarte en este último baile.

Sí, que sea en Independiente, que sea ahora.

¡Abrazo de campeón!