imposible 2
Por: Javier Brizuela
25 de noviembre de 2020
Muchas veces imaginé este momento, algo inevitable, porque de hecho tuvo muchos simulacros. Y sin embargo se ve que no me sirvió de nada, porque acá estoy, en shock, tratando de escribir a pesar del temblor en mis manos y evitando que las lágrimas caigan encima del teclado.
Murió Maradona, eso confirman los colegas, como si fuera algo posible. Al menos el hombre, que según un acta de nacimiento llegó al mundo hace poco más de sesenta años en Lanús y hoy confirmó que a pesar de lo que muchos creíamos, estaba hecho de carne y hueso.
El mejor de todos los tiempos, el dueño del sueño de todos los argentinos que amamos el fútbol, que ya anunciaba de pibito lleno de rulos y pobreza. El que nos devolvió un rato las Malvinas, jugando por nosotros, haciendo el gol perfecto el día que más lo necesitábamos. El que ganó su Mundial, llenándonos de gloria, y siempre dio la vida por la Selección, haciendo que el mundo ubique nuestro país.
El ejemplo de lo que somos los argentinos, capaces de lo mejor y lo peor a la vez. El barro y el oro, la trampa y la obra de arte, el atleta y el drogadicto. Soberbio, arrogante, virtuoso, buen compañero, líder, Dios, todo en un cuerpo que soportó una vida que ninguno de los que tanto la criticó resistiría cinco minutos. Muchas veces fue millones de argentinos, mientras que jamás alguno de nosotros pudo ser él.
Lo adoramos, lo subimos a la cima para luego tirarlo y carnearlo. Incluso el último año lo homenajeamos y despedimos a la vez. Ahora, en busca de notoriedad, muchos se fagocitarán sus restos haciendo hincapié en sus (muchísimos) errores.
Yo solo voy a agradecerle a ese hombre por haberme hecho infinitamente feliz, mirándolo jugar al deporte que tanto amo. Al que está viendo desde ese planeta del que vino, donde ahora ya está por fin en paz, como dicen acá que murió Maradona. Algo que todos sabemos que es imposible, porque Diego es eterno.
13/12/2024 13:12:00
No hay mejor manera de recordar este glorioso momento leer mas