Así, mal que nos pese, estuvo el terreno de juego de Independiente, una manera poco seria de presentar un campo de un equipo de primera división. Es cierto, uno contra los factores climáticos no puede luchar. Llovió demasiado en Buenos Aires durante todo el sábado pero una cosa no quita la otra: el estado del campo de juego era impresentable. A pesar de los enojos de Javier Cantero con el capitán de Velez, Fabián Cubero, la primera molestia del presidente debería ser con el encargado del campo de juego. Esto no es nuevo, hace mucho tiempo que la cancha de Independiente se encuentra en pésimo estado. La lluvia que azotó la ciudad desde la mañana no hizo más que confirmar lo que cada uno se imaginó: la posible suspensión del cotejo. ¿Quiénes son los culpables? ¿Hay que recaer en el excéntrico Pablo Lunati o en el “exquisito” Cubero? No. Hay que hacer autocrítica puertas para adentro y reconocer que, al margen de la tormenta la cancha no parecía la de un equipo de elite como es el Rojo.  La pregunta que rodea en todos los medios es ¿cuándo se jugará el partido? La respuesta la determinó la AFA –Asociación del Fútbol Argentino-, y el partido se disputará el lunes a las 19:30hs por lo que Independiente contará con dos dias más para preparar un terreno acorde acorde a la institución que lo viene usando desde 1928, cuando “El pantano de Ohaco” se transformó en la vieja Doble visera. Lo más parecido a la historia de Independiente esta noche fue un pantano lleno de arena.