El pasado 19 de enero se estrenó en Netflix la cuarta temporada de una de las series argentina más exitosas en la plataforma. Se trata de El Marginal, ficción creada por Sebastián Ortega y escrita por Adrián Caetano.

El drama policial carcelario, que arrancó en el 2016 y ya tiene asegurada una quinta temporada, este año tiene nuevo escenario y actores. La locación principal es la cárcel Puente Viejo, que obviamente aloja reclusos que no estaban en las primeras temporadas.

Y uno de ellos es el protagonista de la historia que da origen a la nota. Se trata de Lautaro Rodríguez, cantante y actor oriundo de Avellaneda y fana del Rojo, como la mayoría de la ciudad. Conocido como Lautaro LR en el mundo del Trap, su carrera musical ya cuenta con 20 sencillos en Spotify en tres años. Por su parte, como actor participó en los films Acusada, Mi mejor amigo y El Cazador. Y también en las series Simona, Puerta 7 y Los Protectores, entre otras.

En el Marginal, Lautaro es Estalone, uno de los integrantes de la nueva Sub-21 que tiene a César (Abel Ayala) como líder. Y el contexto del personaje, deja al descubierto un tatuaje en su brazo derecho que nos llamó poderosamente la atención. El mismo tiene a un jugador de Independiente, agachado para la foto previa al partido, con la mítica camiseta de fines de los ochenta con la publicidad de Mita.

Descartado el Bochita por cuestiones capilares, apostábamos por Rubén Darío Insúa, mediocampista que brilló con la número siete del Rojo en el torneo 88-89 ganado con el Indio Solari como DT. Con la intriga de por qué un pibe de 25 años se haría al Gallego sin haberlo visto jugar, nos comunicamos con Lautaro para sacarnos la duda. Y él, con mucha buena onda nos aclaró de que se trataba, dando comienzo a esta historia.

"En mi familia somos todos enfermos de Independiente, al punto que del lado de mi vieja me querían hacer de Boca y me amenazaron jaja. Y el del tatuaje es mi viejo, Diego Rodríguez, que jugó en el Rojo hasta la Reserva y fue compañero del Dani Garnero y el Polaco Arzeno" comentó.

Luego detalló: "El tatuaje me lo hizo Juan Ledesma, el baterista de Superuva. Y cuando lo vio mi viejo me dijo nah, vos estás re loco jaja".

Detallando su fanatismo dijo: "Lo heredé de mi viejo y de mi abuelo, que fue dirigente. Voy siempre a la cancha, soy abonado. Tiene que pasar algo muy extraño para que falte. Tengo otro tatuaje en la espalda, que es el escudo, pero ese por una cuestión de marcas sale tapado en la serie".

También le tocó estar del lado de adentro en casa, ya que participó de una campaña de Puma, presentando nueva indumentaria: "Fue un orgullo para mi. Era un flash estar en la cancha y que de repente aparezca en la pantalla".

La carrera de Rodríguez padre siguió en Arsenal, Temperley, Dock Sud y San Telmo. Puro ascenso, como lo está la carrera de su hijo, que lo lleva tatuado con mucho Orgullo Rojo.

Una de las tantas historias hermosas, que son las que en definitiva mantienen ese hilo Rojo, que une generaciones para toda la eternidad y se llama Independiente.