jugo con ilusion
jugo con ilusion
Jugó con ilusión
18/11/2014
Por: Mono Rubino
18 de noviembre de 2014
Independiente mostró una faceta totalmente diferente a la vista en los partidos con Gimnasia y Arsenal. Está vez, se vio un plantel con ánimo para prenderse por fin y de manera seria en la lucha por el campeonato, por eso, ya desde el arranque, Almirón dispuso un esquema que ya había traído buenos resultados contra Tigre, por ejemplo. De tal forma, la línea de cuatro defensores compuesta por Zárate, Aguilera, Cuesta y Villalba, intentaba detener a los potentes y veloces delanteros granates que en la primera media hora la hicieron la vida imposible, sobre todo a espaldas del lateral derecho rojo, que sufría constantemente contra Lautaro Acosta.
En el medio se vió a un flojo Jesús Méndez, que en muchas ocasiones le costó darle la pelota a un compañero, y a Federico Mancuello que tuvo un muy buen nivel los 90 minutos. Del medio para arriba, estaban Daniel Montengro de enlace, bastante preciso, sobre todo en varios pasajes del segundo tiempo, Francisco Pizzini y Matías Pisano que tuvieron una curva ascendente en su rendimiento y Sebastián Penco como referencia entre los centrales.
El inicio del partido se vio al equipo con el mismo ánimo de los partidos anteriores, seguramente el gol tempranero en contra haya hecho mella en la moral en ese momento, pero por tal motivo, en los primeros 25 minutos le costó mucho llegar al área rival, porque además Somoza y Ortíz estaban teniendo un buen encuentro.
Luego del gol de Motoneta, el equipo se animó a más, pero seguía sufriendo las subidas de Acosta por derecha y de Melano por izquierda. Para colmo, en el medio, se veía que a Méndez le costaba seguir el ritmo de los ataques granates. Por suerte, la dupla de centrales estaba teniendo un muy buen nivel.
Pero con más ímpetu de no perder este partido, que con juego, llegó el segundo gol, en una de las corridas hacía el centro con remate al arco, marca registrada de Pisano, se exige a dar rebote a al arquero Marchesín, rebote que es capturado por Mancuello que, con gran panorama, habilita a Montengro que define a la ratonera del arco rival.
En el segundo tiempo se vio a un Independiente que se paró varios metros más adelante que en la primer etapa y a un Lanús desbocado en todo sentido, con ataques desorganizados y muchas faltas a la hora de recuperar la pelota.
El Rojo, ahora distribuía mejor el juego, y hacía ancho el terreno del Libertadores de América, aprovechaba la desesperación rival, que derivó en la justa expulsión del central Monteseirín. Y ahora ya todo lucía un poco más fácil para un equipo que ya tenía en cancha a Benítez por Pizzini, a Bellocq por Penco y a Lucero por Montenegro.
Si bien el equipo ganaba, el esfuerzo por recuperar la pelota arriba era mucho, ya que es sabida la calidad de los jugadores de ataque granates, y de tal forma, se impedía que la pelota les llegará limpia. Fue un gran trabajo en este sentido en los segundos 45 minutos.
Ya sobre el final, primero Lucero y después Cuesta le dieron el cierre a un resultado que parece un poco abultado pero que se justifica en un equipo que tuvo el orgullo de ir a buscarlo cuando lo perdía, inteligencia para manejar la ventaja, tanto en el marcador como en el césped con dos jugadores más, y eficacia en los metros finales de la cancha.
Hoy sí Independiente jugó con la ilusión de ser campeón y se notó, fue una cara completamente diferente a la de los partidos anteriores y es, sin duda alguna, la que se debe demostrar en estas últimas instancias del torneo. Por eso, en los partidos que quedan, si se juega con esta intensidad y ambición, podemos llegar a ilusionarnos más, aunque no dependa de nosotros.