la gran siete 4
Por: Javier Brizuela
27 de julio de 2021
El 27 de julio de 1984, hace ya 37 años, todos los hinchas de Independiente y varios amantes del fútbol argentino se levantaban sabiendo que iba a ser un día especial. Muchos, seguramente, ni siquiera necesitaron despertarse. Independiente estaba a tan sólo un paso de conseguir un nuevo título. Pero no se trataba de cualquier copa, era su tan amada Libertadores de América.
El Independiente del Pato Pastoriza había conseguido un valiosísimo triunfo en Porto Alegre y para consagrarse le alcanzaba con no perder en Avellaneda. Pero no nos adelantemos y repasemos lo que fue aquella Copa, la séptima del Rey.
Después de cinco años, Independiente volvía a la competición máxima de Sudamérica. Venía de obtener el campeonato ganándole en la última fecha a Racing, en un clásico histórico ya que mientras salía campeón, su rival se iba al descenso.
No le tocó un grupo fácil, compartió zona con los mejores equipos paraguayos y con su mayor rival por esos años, Estudiantes de La Plata, que lo había dejado segundo del campeonato de 1982 y del Nacional de 1983. Debutó en la copa consiguiendo un buen punto en La Plata, siendo Barberón el encargado de poner el 1-1 en un partido parejo.
En Paraguay derrotó con lo justo a Sportivo Luqueño con gol de Burruchaga, que después de una pared con Bochini, pudo vencer a Chilavert.
Sería derrota 1 a 0 en el segundo encuentro en Paraguay ante Olimpia, el campeón guaraní. Si bien el Rojo mereció un poco más, no pudo llegar al empate.
En Avellaneda venció a Sportivo Luqueño con goles de Marangoni y Merlini en el segundo tiempo. El equipo paraguayo venía de dar la sorpresa consiguiendo un empate en La Plata. Igualado en la tabla con Olimpia, pero con un partido más, el Rojo debía enfrentar a Estudiantes en la Doble Visera. Se fue al entretiempo cayendo por la miníma por un gol de penal y en un complemento demoledor terminaría goleando 4-1 al conjunto platense, quedando en el recuerdo el último gol mágico de Bochini. Víctor Hugo Morales relataba que no tenía más interés de ver fútbol, después de lo que había hecho el Bocha.
Llegaba el partido más importante del grupo. Con mejor diferencia de gol, Independiente estaba obligado de vencer a Olimpia para prácticamente abrochar el pase a la siguiente ronda. Sino ganaba quedaba eliminado y avanzaba el duro equipo paraguayo. El Rey de Copas salió con todo y antes de los cinco minutos abrió el marcador con un gol de Marangoni, sin embargo Olimpia reaccionaría y lograría el empate.
En el segundo tiempo se complicó más la situación cuando llegó el segundo gol paraguayo, de penal. Al Rojo le quedaba poco más de media hora para ir por la hazaña del triunfo. A 15 minutos del final, Burruchaga también desde los doce pasos consigue igualar. Mientras que el gol de la clasificación llegaría en el último minuto, con una corrida impresionante de Barberón, quien atravesó toda la cancha y luego de un pase bochinesco magnífico del 10, asistió a Bufarini para que abajo del arco marcara el resultado final.
En la Segunda Fase, los Rojos tenían que enfrentarse con Nacional y Universidad Católica, los campeones de Uruguay y de la copa de Chile. El primer juego fue un empate en Montevideo, Nacional comenzó arriba pero Barberón marcó el 1 a 1 definitivo.
En Chile no salió un buen partido, igualmente el 0-0 dejaba bien perfilado a Independiente que tenía que definir el grupo en Avellaneda.
Por las fuertes lluvias, la revancha se disputó en una Visera embarrada, siendo victoria 2 a 1 con goles de Bufarini y Burruchaga. El equipo chileno había alcanzado el empate pero otra asistencia de Bochini le dio el triunfo a los Rojos.
En el último partido con Nacional, una victoria ponía a Independiente en la final, mientras que un empate beneficiaba a los uruguayos que estaban a un punto pero con un partido menos. Finalmente sería triunfo con un tanto de Burruchaga, la figura del partido.
Con este triunfo esperaba en la final al último campeón de América y del mundo: Gremio de Porto Alegre.
La ida en Porto Alegre sería catalogada como el Partido perfecto, con un Independiente haciendo un encuentro ideal en la cancha de un campeón del mundo que contaba con grandísimos jugadores. El 1 a 0 final fue poco para lo producido por el Rojo, que tuvo demasiadas jugadas de gol y pasó por arriba a los brasileños, con un fútbol que era impensado de ver en un equipo visitante por Copa Libertadores. El gol del triunfo lo marcó Burruchaga, con asistencia una vez más de Bochini. Burru conseguía anotarle a todos los equipos que enfrentó en la copa.
Todo el estadio reconoció al equipo visitante y cayeron elogios por todos lados. Con ver los puntajes otorgados a los jugadores del Rojo por los distintos medios argentinos y brasileños, alcanza para entender la exhibición: casi medio equipo con un puntaje perfecto de 10, y nadie bajó de los 7 puntos. La figura fue todo el equipo del Pato Pastoriza.
El Rojo salió a la cancha en Avellaneda con Goyén; Clausen, Villaverde, Trossero y Enrique; Giusti, Marangoni, Bochini y Burruchaga; Bufarini y Barberón. Luego ingresaría Zimmermann.
Pasó poco y nada en el encuentro, Independiente buscaba asegurarse la copa y Gremio prefirió evitar otro baile como el que había sufrido en su cancha. Resultó un partido peleado que terminó igualado 0-0 y alcanzó para que el Rey de Copas diera su séptima vuelta olímpica por Libertadores.
Séptima final jugada, séptima final ganada. No existe otro equipo en América que se acerque. Ningún equipo que haya jugado más de una final se mantiene invicto en el encuentro definitivo. El Rey de Copas metió 7 de 7.
Sebastián Casas, @sebacai, para Orgullo Rojo
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