la mala exigencia
la mala exigencia
La mala exigencia
24/02/2015
Por: Carlos Perez
24 de febrero de 2015
Independiente arrancó el actual certamen obteniendo cuatro puntos sobre seis posibles, algo que, a priori, al ver las dos primeras fechas hubiese firmado la mayoría, sin embargo y a pesar de haber hecho un buen torneo inicial en el que obtuvo 33 unidades, gran parte de esos hinchas ofreció una estruendosa silbatina de reprobación hacia el técnico Jorge Almirón.
Han pasado muchos entrenadores desde que este servidor tiene uso de razón, sin embargo jamás se vivió algo similar. Muchos recuerdan a Miguel Angel López, pero la historia con el Zurdo era distinta, aquel Independiente del segundo semestre del 95 no le ganaba a nadie. Una serie de empates y derrotas durante las primeras 9 jornadas del torneo más un pobre rendimiento futbolístico hacían del "Andate López, sos un cagón", una canción frecuente. Claro que los resultados terminaron llegando en el plano internacional y aquel equipo terminó coronándose campeón de la Supercopa.
No hay un caso de tanta resistencia a un técnico que haya obtenido resultados positivos como Almirón. Uno podría recordar a Oscar Ruggeri, pero el Cabezón duró sólo ocho fechas. No hubo piel de entrada. "De la mano del Tolo salimos campeón, que se quede, que no venga el Cabezón", cantaba la masa en aquel 2003. Ruggeri terminó renunciando en la octava fecha del torneo tras perder contra Colón de local y ser vapuleado con River en la Sudamericana.
A diferencia de aquellas ocasiones mencionadas, el equipo de Almirón tuvo varios partidos en los que mostró un alto nivel futbolístico, o al menos eso es lo que expresó la gente con aplausos cerrados en varias de las victorias que tuvo el equipo en Avellaneda en el inicial -Rafaela, Quilmes, Central, Tigre, Lanús y Newell´s-. A todos los técnicos se les pide que vayan al frente y ganar como sea el clásico. Almirón logró en la mayoría de los cotejos lo primero y sin dudas lo segundo. Con un plantel con varios pibes del club que en la B les costó horrores -es cierto, es otra la presión, pero eran otros los rivales también- logró "pelear" el título hasta faltando tres jornadas. El uso de las comillas es porque durante gran parte del torneo esa pelea se dio por la inercia de equipos que se dedicaban a otras cosas, pero estuvo siempre ahí.
Errores cometió. No hay que ser necios en la defensa tampoco. Malos planteos contra Gimnasia, Arsenal y ahora Sarmiento de Junín. Cambios extraños como la aparición de Iván Pérez, que ni concentraba, ante Estudiantes o la salida de Matías Pisano en el mismo partido. Y derrotas duras como las de River, Boca, Vélez y Belgrano. Esto, generó un malestar desmedido durante el 2014, del que se celebra que la gente esté despierta ante la exigencia. El problema es cuando por ser "exigentes" dejamos de ver todo lo bueno mencionado arriba.
Hay dos temas que fueron decisivos para que se provoque la exagerada silbatina del domingo ante Sarmiento.
Uno, el menos importante, es el caso Rolfi Montenegro. El Rolfi fue uno de los mejores jugadores del Rojo en el torneo pasado, es el que volvió, el que siempre dio la cara, el que se quedó y con el que ascendimos con aquel golazo en Córdoba. También es el que fue silbado por la misma gente cuando le atajaron un penal contra Huracán en la B. Porque la gente, por tomar partido por uno u otro se olvida de hechos que pasaron hace menos de 9 meses. Y, aclaro, este servidor quiere al Rolfi y considera un error una desvinculación -¿Decisión de Almirón o de los dirigentes?-.
Y el otro tema, y el más importante, es el título de Racing. La gente se siente descolocada por el inesperado logro de los vecinos y pone todo en la misma bolsa. Quieren un título ya, quieren ser campeones de todo y dar una vuelta olímpica cuando van dos fechas del torneo y no empezaron ni la Copa Sudamericana ni la Argentina. La gente, que durante muchos años se racinguizó con toda esa cosa del aguante, de llenar canchas, de darle más importancia a la gente que a lo que pasaba dentro del campo, no puede entender como Racing salió campeón. Y ahora hay que salir campeón, como sea, Ya. Esa es la mala exigencia.
Almirón y Marcelo Gallardo son los dos técnicos con mejor promedio de los 30 que dirigen en la primera división del fútbol argentino. Ambos, además de tener esa coincidencia, están en equipos inmensos que tocaron fondo hace muy poco y que están resurgiendo de las cenizas. Hay que ser exigentes pero mirando para adentro y no por lo que pase afuera. Ser exigentes como en los viejos tiempos y no estar atados a una histeria injustificada. Y menos, por cuestiones ajenas.