la primera
Por: Javier Brizuela
6 de diciembre de 2021
El 6 de diciembre de 1995, Independiente se consagraba campeón de la Supercopa Sudamericana luego de superar en la final al Flamengo de Brasil.
El Rey de Copas se convertía en el primer equipo no brasileño en dar la vuelta olímpica en el mítico estadio Maracaná.
Y con este logro también pasaba a dominar la Copa de todos los campeones de América (junto al Cruzeiro de Brasil), ya que con dos títulos sigue siendo el máximo Supercampeón y sumaba en aquel momento 9 copas de primer nivel en el continente… todo un récord en 60 años de copas Conmebol, más destacable aún cuando tampoco nadie lo supera en Interamericanas ni Sudamericanas.
El Orgullo Nacional tuvo un 1994 increíble de la mano de un gran equipo conducido por Miguel Ángel Brindisi, salió campeón del Clausura en el primer semestre y de la Supercopa en el segundo. Después de ganar también la Recopa Sudamericana de 1995, el Rojo pierde a su técnico, que pasa a la vereda de enfrente.
Se terminaría sumando otro Miguel Ángel, un conocido de la casa que ya
había dirigido al club y era un ídolo desde su paso como jugador: el Zurdo López. El equipo ya era otro en relación al año anterior; aparecían Mondragón, Mazzoni, Domizzi, Acuña, Alvez y retornaban viejas glorias como Clausen y Burruchaga. Ya no se contaba con grandes jugadores como Islas, Rambert, Usuriaga y Perico Pérez; pero seguían Gustavo López, Garnero, Serrizuela y Cagna entre otros.
Gustavito, de los más jóvenes, estaba en un gran momento. El resto de las figuras no sumaría demasiados minutos como sí Molina, Dorta, Rotchen, Bustos o Jara. Iba a ser cuestionado, no destacaba su buen fútbol como hacía poco. En el torneo no marchaba bien y se apostó por la Supercopa.
El inicio de la Supercopa 95 fue en la Doble Visera contra el mismo rival que comenzó la edición anterior, el Santos de Brasil. Esta serie sería mucho más sufrida y pareja que la de 1994; en Avellaneda se puso el visitante en ventaja después de una buena jugada individual. Independiente logró el empate en el final del partido con un gol del Gurí Alvez, cuando ya había desperdiciado varias situaciones claras.
En Brasil empezó ganando Santos de nuevo, a los 30 del primer tiempo Mazzoni empuja un remate de Domizzi para el 1-1 y la misma dupla daría vuelta el encuentro pero esta vez definiendo el Pájaro Domizzi luego de una pared. Sobre el final el equipo brasileño llegaría al empate para definir la serie desde el punto de penal. Convirtieron Burruchaga, Serrizuela y Arzeno, pero fallaron Garnero y Cagna. La figura iba a ser Faryd Mondragón, que detuvo el último penal, mientras que los brasileños ya habían desviado un par.
En Cuartos de Final se iba a enfrentar con el finalista de América, Atlético Nacional que tenía un equipazo con figuras como Higuita, Serna, Aristizábal y Ángel. No la iba a pasar nada bien en la ida en Medellín, y perdió 1 a 0 en un partido que podría haberlo igualado como también perderlo por mayor diferencia. La mínima no estaba mal para intentar remontarlo en la Visera. En Avellaneda se empezó a definir temprano la serie porque dos goles de penal de Gustavo López ya le daban la ventaja suficiente al Rey de Copas, que finalizaba los primeros 45 minutos con dos hombres más que el rival por una doble amarilla y un planchazo asesino. En la parte final no goleó únicamente por René Higuita que atajó todo lo que le patearon.
Como River superó a Gremio, en semifinales habría clásico argentino. El primer choque en la Visera y el definitorio en El Monumental. El equipo de Núñez, dirigido por Ramón Díaz, estaba plagado de figuras y arriba jugaban Gallardo, Ortega y Francescoli. Con dos goles del Enzo, el primero de ellos de penal, parecía sentenciarse la historia en un tiempo.
Pero era muy temprano para dar por muerto al Rey de Copas, que descontó con un gol sacando desde el medio. Por algo Mazzoni festejó el descuento como si se fuera ganando, ya que antes de los 10 minutos, nuevamente la Chancha ganaría por arriba un tiro de esquina de Gustavito y de cabeza pondría el empate final que dejaba la serie abierta. En los últimos minutos se iría expulsado Rotchen.
La vuelta pintaba muy difícil, River llegaba con peligro y a la media hora el Rojo se quedó con uno menos por la doble amonestación de Jara. Parecía que solo restaba aguantar, pero en el segundo tiempo el equipo se acomodó muy bien y empezó a dominar el partido con un Gustavo López intratable.
Tan es así que lo arrinconó a River contra su arco, mientras una multitud empujaba cada vez más al equipo visitante y lo hacía sentir como si estuviera en Avellaneda. El local iba a quedar también con 10, finalmente no llegó el merecido gol y había que definir por penales.
El héroe en esa instancia volvería a ser el arquero de Independiente, que atajó el remate de Amato para sacar mayor ventaja, porque Ortega ya había estrellado su penal en el palo. Para el Rojo marcaron Gustavo López, Burruchaga, Serrizuela y Bustos; todos con mucha convicción para volver a ser finalista de la Supercopa.
Mazzoni le gritaba a sus compañeros “Así hay que ganar! Bien, carajo!” mientras festejaban de rodillas, como si fuera un ritual, camino a encontrarse con la hinchada.
En la final se iba a enfrentar al Flamengo de Brasil, el equipo del momento que ¡llegaba a la final ganando todos sus partidos de la copa! La figura del equipo carioca era nada menos que Romario, el mejor jugador del planeta por ese entonces, que venía de ganar el Balón de Oro en el Mundial de 1994 que ganó su selección, marcando él 5 goles. El Chapulín tuvo en 1995 un mejor promedio goleador que Gabigol en este año…
Esa copa la jugaron también con Edmundo y Savio, tres jugadores de primer nivel para el fútbol europeo, que coincidieron en un Flamengo que buscaba un título en el año de su centenario.
El más campeón del mundo contra el más popular del mundo. Su primera final entre sí…
Los once del Zurdo López para la ida: Mondragón; Clausen, Rotchen, Bustos, Domizzi; Cagna (Acuña), Serrizuela, Molina, G. López; Alvez (Burruchaga) y Mazzoni.
En Avellaneda quedaría atrás desde el vestuario el equipo que ganaba todo. La Chancha Mazzoni a los 35 segundos convertía el gol más rápido en una final de Supercopa Sudamericana (el récord en finales de Libertadores es de otro jugador de Independiente, Percy Rojas a Unión Española en 1975). El Rey de Copas borró de la cancha a los de Romario, con fútbol y actitud, haciendo de la Visera un infierno para el perdido equipo brasileño.
En la segunda parte, Mazzoni le devuelve de taco una pared a Domizzi que define suave de zurda contra un palo para el 2 a 0 final. Merecido triunfo para ir tranquilo a Brasil. Fiel a su costumbre, Independiente volvía a hacerse muy fuerte en una final y prácticamente invencible en condición de local, tenga a quien tenga enfrente.
Para ir por el Maracanazo, el Orgullo Nacional salió con: Mondragón; Clausen, Rotchen, Bustos, Domizzi; Molina, Serrizuela, Cagna, G. López (Burruchaga); Alvez (Kobistyj) y Mazzoni.
En Río de Janeiro el local se vio obligado a buscar rápidamente un gol, sin embargo se aguantó el 0-0 en el primer tiempo. Recién en el complemento, Romario, después de una serie de rebotes, marcaría el 1-0 para Flamengo.
De ahí en más se fue apagando el ataque brasileño, Independiente estaba justificando su ventaja e incluso mereció algún gol para empatar el partido. Entre unos toques lejos del área roja, llegó el pitazo final y el primer Maracanazo (a nivel club) de un equipo extranjero en este histórico estadio.
El Rojo también era bicampeón de la Supercopa y junto a Cruzeiro el máximo ganador, así como también lo es de la Copa Libertadores.
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