la tactica se muere
la tactica se muere
La táctica se muere
26/04/2015
Por: Mono Rubino
26 de abril de 2015
Independiente salió a jugar en la provincia de Córdoba contra un equipo que deambula por el torneo Federal B y que, entre sus jugadores hay panaderos, albañiles y mozos. La idea es que el profesional sea una persona más preparada que un amateur. Pero hoy los roles parecieron invertirse.
El equipo de Jorge Almirón salió a la cancha con un 4-4-1, con Breitembruch y Papa cubriendo los laterales, y con un Lucas Villalba haciendo las veces ¿de Mancuello?.
La pelota se movió principalmente por abajo, intentando explotar la velocidad de Martín Benítez por izquierda, aunque el misionero no pudo asociarse con ningún jugador, debido a la enorme falta de movilidad e imprecisión de cada jugador vestido de blanco. Por eso la mayoría de los ataques terminaban con un pase alto en profundidad a la espalda del marcador de punta izquierdo rival, para la lenta llegada de Graciani. Así el Rojo tuvo sus únicas dos chances, primero Villalba lo erró con el arco sólo y después, el 17 calculó mal un centro de Valencia y no pudo empujarla al lado del arco.
Y los roles se inviertieron, porque Alianza de Coronel Moldes, puso dos delanteros, Reinoso y Constantini (a diferencia de Independiente que puso uno sólo), que apretaron mucho en mitad de cancha y que cada vez que tenían la pelota le traían un dolor de cabeza a la defensa, y en una jugada que encontró a Aguilera paseando por Carlos Paz, el 9 contrario giró por sobre Papa y puso el 1-0. Esto era exactamente todo lo contrario a lo que hacía Valencia, que cada vez que la agarraba, enganchaba para el costado realizando jugadas absolutamente intrascendentes o se ponía en posición adelantada.
El encuentro se fue desarrollando con una cadencia impiadosa que lo único que logró es mostrar a un equipo derrumbado en su idea, derrumbado en su ánimo, derrumbado en su ego y, lo que es peor, derrumbado en su fé. Porque nunca lo fue a buscar con convicción, ni convencido de que podía dar vuelta el resultado. La táctica se muere cuando el fútbol deja de ser fútbol y pasa a ser una sesión de psicología.
Es imposible analizar porqué Pizzini, cuando entró, se caía solo, porqué a Bellocq le costaba dar un pase de más de cuatro metros, porqué Valencia no ganó nunca con su aparente “portento” físico, o porqué Jorge “EL CORDERO” Salazar, de 36 años y retirado del 2012 corrió y jugó más que todos los dirigidos por el “extraterrestre”.
Se llegó al empate sólo por una cuestión lógica, porque Pizzini hizo lo que debería haber hecho cualquier jugador e intentó superar en velocidad a su marca, y en el rebote de un mal centro, apareció de Christian Ortíz y la colocó abajo a la derecha.
Llegaron los penales. Pasamos de ronda.
No hay nada más por escribir.