las dos caras la moneda
las dos caras la moneda
Las dos caras de la moneda
18/05/2018
Por: Carlos Perez
18 de mayo de 2018
En instancias o encuentros definitorios, hay determinados métodos que resultan muy efectivos para preparar un partido. Por ejemplo, hay quienes creemos que para pasar la siempre complicada fase de grupos en la Libertadores es conveniente ganar todos los partidos de local y rescatar tres empates en tierras ajenas (claro que si se puede ganar, mejor). Con eso, por arte de magia, azar o estadísticas, uno ya se imagina en octavos de final. Por lo menos a priori.
Sin embargo, cuando uno de los resultados falla de entrada (en nuestro caso, llámese la derrota con Lara o, si se toma como un simple traspié, la derrota ante Corinthians en Avellaneda) la ecuación nos variará y lo más conveniente sería sumar un triunfo de visitante en nuestra lista de próximos partidos. Así fue que, luego de caer 1-0 inmerecidamente ante el Timao, absolutamente todos los medios dieron al equipo de Holan "con un pie y medio fuera de la competencia". Las caras largas que se retiraron del Libertadores de América lo decían todo. Había que ir a Brasil y después a Colombia y se temía lo peor; pero el Rojo salió a jugar con aquella actitud que los hinchas extrañaban, se hizo fuerte en San Pablo y ganó un duelo complicadísimo. Hasta aquí, la historia es sabida. ¿Pero qué iba a pasar en Bogotá?
?Podemos decir que un empate puede ser considerado de dos maneras diferentes: "rescatamos un punto" o "merecimos más", son dos frases que suelen escucharse en las voces de los protagonistas cuando la parda decora el resultado y los puntos se reparten. Pero, ¿en qué lugar ponemos a Independiente? Sin duda alguna, mereció más. Mucho más. Porque a pesar de no jugar del todo bien durante la primera mitad, generó las tres chances más concretas -y las desperdició asombrosamente-. Y lo mismo ocurrió en el ST, donde el arquero venezolano -joven y de Selección, ténganlo visto para cuando un grande de Europa venga a buscar a Campaña en este mercado- se lució completamente. Hasta ahí, el empate le quedaba chico a Independiente, pero no le era para nada despreciable.
Pero con el gol de Millonarios, todo se desplomó. De hecho, el local creció y casi anota el segundo, en esa bendita ráfaga de minutos donde Independiente parece estar derrotado mientras deja correr los minutos (una actitud similar a la de los anteriores partidos, cuando le convertían primero). Bueno, Gigliotti realizó una maniobra excelsa luego de un pelotazo-asistencia del Romero Jr. y marcó el empate que volvió a hacer crecer y creer al equipo de Holan (la derrota volvía a dejarlo muy complicado en el grupo).
Luego del 1-1 parcial, hubo más chances para ganar el partido aunque no se pudieron convertir. Mirando el vaso medio lleno, o el vaso medio vacío, Independiente claramente mereció más. Pero también rescató un punto, si se toma como referencia el lapso donde Millonarios ganaba y dejaba contra las cuerdas al Rojo en Colombia. Vale, claro que vale, aunque lo ideal hubiese sido ganar. De todas formas, con la chance totalmente intacta -de poder clasificar segundos, porque Corinthians metió un 7-2 en la tierra donde el Rey de Copas no pudo ante el humilde Deportivo Lara de Venezuela- la situación se resolverá en Avellaneda el próximo jueves. Ahí Independiente nos mostrará su verdadera cara en este semestre.