Más allá del buen presente que transita Independiente en este torneo, que lo tiene en zona de ascenso, una de las principales falencias del equipo de Omar De Felippe es la falta de variantes en el banco de suplentes para poder modificar un resultado adverso. A eso hay que sumarle el tiempo que el entrenador se toma para realizar las variantes, con las que muchas veces intenta buscar el “puntito inteligente”. La decimocuarta fecha fue la única en la que el Rojo pudo ganar gracias a sus variantes, de visitante, frente a Sportivo Belgrano. Allí, el gol de Facundo Parra (ingresó a los 22ST) tras el centro de Francisco Pizzini, (ingresó 34ST) faltando seis minutos para el final del partido decretó el agónico triunfo. En el partido contra Boca Unidos, el entrenador hace ingresar a Adrián Fernández en lugar de Federico Insúa, de aceptable partido, a los 19ST. A los 40ST, el paraguayo hizo valer sus minutos y convirtió el gol del empate. Sin embargo, el técnico demoró en ir a buscar el partido, ya que después de esa modificación, se hizo la segunda recién a los 35ST, cuando coloca a Lolo Miranda en la posición de Martín Zapata. Posteriormente pone a Pizzini por Matías Pisano, quien no tuvo trascendencia en el ataque y merecía el cambio desde casi el comienzo de la segunda etapa. Más atrás en el tiempo, el inconveniente persiste. En la quinta jornada, primer partido de De Felippe en el banco, el Rojo empató a cero con Independiente Rivadavia en Avellaneda. Más allá de la salida obligada de Gabriel Vallés en el primer tiempo, el DT saca a Cristian Menéndez, de flojísimo partido, recién a los 40’ del ST, dándole solo 5 minutos a Sebastián Penco.  Antes, a los 13ST, Pisano había ingresado por Adrián Fernández. En la séptima fecha, Independiente empató 1 a 1 con Banfield. En este encuentro, el Rojo jugó con uno menos desde los 24PT por la expulsión de Reinaldo Alderete. Con la derrota parcial, el entrenador se la jugó e hizo ingresar a Menéndez en lugar de Federico Mancuello a los 20ST. Luego del empate de Samuel Cáceres, y en el mejor momento del Rojo, De Felippe decidió sacar a Parra para colocar a Franco Razzotti, con dos objetivos: cuidar el resultado y rearmar el mediocampo. Sólo realizó dos modificaciones, dejando en el banco de suplentes a Miranda y Pizzini. En el empate 2 a 2 contra Talleres en Córdoba por la décima fecha, el excombatiente recién movió el banco a los 30ST, cuando Marcelo Vidal ingresó por Razzotti, en conjunto con el empate del equipo cordobés. Cuatro minutos después, salió Pisano para que ingrese Trejo, y a los 43ST hizo ingresar a Martín Benítez por Zapata, casi sin tiempo para poder torcer la historia. Durante el empate 1 a 1 con Unión de Santa Fé en el Libertadores de América, por la fecha 11, el técnico hizo entrar a Miranda por Juan Manuel Trejo a los 11ST, dos minutos después del empate del conjunto santafesino. Luego da intención de ir a buscar el partido a los 21ST, al poner a Fernández en lugar de Pisano, pero retrotrae la decisión táctica a los 39ST al sacar a Menéndez para que ingrese Pizzini. En el único partido perdido en la era De Felippe, contra Almirante Brown por la fecha 12, Independiente, que perdía desde los 14PT, salió decidido a buscar el partido en el ST. Penco (8ST),  Benítez (28ST) y Miranda (33ST) entraron por Trejo, Zapata y Menéndez respectivamente. Sin embargo, la carencia de juego no se modificó y el equipo casi no generó situaciones de ataque. En la fecha 16, de visitante ante un débil San Martín de San Juan, el DT decretó el ingreso de Pizzini por Pisano a los 34ST, y el de Penco por Parra a los 43ST. Los dos cambios, puesto por puesto, sin intención de lastimar a un rival que no demostraba ni siquiera intenciones de atacar al arco rival. Al comienzo del segundo tiempo, el entrenador gastó una de sus variantes por la lesión de Tula. En un partido importante por el ascenso, Independiente empató sin goles con Defensa y Justicia por la jornada 19. En ese partido las lesiones jugaron en contra de De Felippe, que se vió obligado a poner a Pichón Núñez y al Bocha Ojeda por las lesiones de Vallés y Mancuello. Sin embargo, el único cambio posicional se efectuó recién a los 37ST, cuando Pizzini saltó al campo en reemplazo de Zapata. En conclusión, el técnico rojo suele bancar a sus titulares manteniendo nombres y esquema hasta, aproximadamente, los 35 minutos de la segunda etapa, dándole sólo diez minutos a los ingresados para poder torcer un resultado que puede ser adverso o cerrado. Siempre que arrancaron desde el banco, Fernández y Penco tuvieron sólo dos veces más de 20 minutos en cancha, en tanto Benítez gozó de esa chance sólo una vez. Pizzini tuvo la chance de jugar al menos diez minutos en sólo tres oportunidades, dos de ellas con el resultado a favor. Esta situación demuestra la falta de “profundidad de banquillo”, o quizás la falta de confianza que tiene el DT en los jugadores que se sientan a su lado durante el transcurso del partido.