malino
Por: Carlos Perez
30 de abril de 2017
Independiente empató 2 a 2 ante Estudiantes de La Plata en un partido apasionante, pero más allá de lo hecho por los jugadores de ambos equipos, hay que destacar que el más influyente de todos fue ese al que suelen llamarlo como "un jugador más", y no fue otro que el árbitro Jorge Baliño.
Dicen que el que no llora no mama. La realidad es que los árbitros se equivocan, a favor y en contra, de hecho, en un offside televisivo Independiente abrió la cuenta ante Arsenal en Sarandí la pasada fecha, pero lo ocurrido el viernes ante el Pincha, se tornó grosero.
Particularmente por dos jugadas determinantes que probablemente hubieran cambiado el curso del partido. En el primer tiempo, con el partido 1 a 0 a favor del Rojo, Emmanuel Gigliotti cabeceó de manera perfecta un centro bárbaro de ezequiel Barco y se la clavó a Mariano Andujar, que apenas pudo tocarla. ¿Qué cobró el árbitro? "Caricia" del Puma al central del Pincha. De esas qwue hay miles por partido y que si es al revés no te las cobran nunca. O al menos es lo único que se nos ocurre.
Por si esto fuera poco, sobre el final del partido, tras un gran desborde de Ezequiel Barco y un rebote en Nicolás Tagliafico, la pelota le quedó al mismísimo Puma en el área chica, cuando se dio vuelta para definir, Jonathan Schunke le hace un penal más grande que la bomba que tienen los norcoreanos. Gigliotti definió como pudo y tras ser desviada por Andujar, Walter Erviti no pudo meterla de rebote, pero era penal sin dudas.
Este servidor no piensa que Baliño tenga algo en contra de Independiente o alguna orden de arriba. Está claro, se podría haber hecho el boludo en el penal que si cobró y no lo hizo (en uno de sus pocos aciertos de la noche). Pero lo cierto es que con estos fallos clave lo perjudicó a Independiente en su carrera por la clasificación a la Libertadores. El árbitro, que además es bombero, mezcló sus dos profesiones en la fatídica noche en el Libertadores de América.