El partido de ayer dejó mucha tela para cortar y la misma cantidad de dudas. Empezó siendo una prueba de fuego para saber que podíamos hacer frente al mejor equipo del torneo y terminó dándonos un duro golpe de realidad, que debe servir para corregir errores.
Ni el entrenador, ni la gran mayoría de sus dirigidos estuvo a la altura de semejante choque. Y la excepción es el jugador que se transformó en el corazón del equipo, el abanderado de los hinchas, a fuerza de garra y vergüenza deportiva en el año más triste y que este semestre le agregó técnica y goles para convertirse en el mejor del plantel y uno de los más destacados del fútbol Argentino.
Federico Mancuello, más allá del marco y el rival con su presión y fútbol, mantuvo su nivel, corrió y luchó todo el encuentro y pudo prevalecer en muchas ocasiones ante un River que superó a sus compañeros durante los 90 minutos. Además con un hermoso y preciso cabezazo marcó su sexto tanto, quedando a uno del máximo anotador del campeonato y convirtió en los últimos cinco encuentros, siendo la primera vez que el equipo no gana gracias a sus goles. Está a uno de alcanzar la marca que había logrado en el resto de su carrera, ejemplo claro de su crecimiento como jugador.
Muchas son las dudas que nos dejó el clásico de ayer, pero confirmó la certeza de que Federico es hoy en día el mejor del plantel, que merece además como ejemplo de sacrificio y superación la cinta de capitán. Porque hoy el equipo es Mancu +10.
Edicion Nº
1859 correspondiente al día
18/08/2025 |
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