no estamos para regalar nada
no estamos para regalar nada
No estamos para regalar nada
22/08/2015
Por: Juan Manuel Colomer
22 de agosto de 2015
Una lástima. Un partido que, si bien no era fácil, se presentaba accesible para seguir sumando de a tres. Pero Pellegrino decidió, vaya uno a saber por qué, sacar del equipo a jugadores clave que son los que hacen la diferencia. Con el agravante de que en su lugar ingresaron aquellos que no están ni por asomo para ser titulares en Independiente y defender estos colores. Muchos de ellos ya probados hasta el hartazgo. A mi gusto, una decisión irresponsable y arriesgada del entrenador. Más allá de que lo mostrado por los supuestos titulares en el partido ante Lanús haya dejado bastante que desear.
El tema es que cuando no te sobra un mango, no podes rifar la guita. Tenés que cuidar cada centavo. De cara al objetivo de entrar a la próxima Libertadores ya se perdió una vida con la eliminación en la Copa Argentina. No se puede menospreciar la chance que da el torneo de esta manera. No estamos para regalar nada.
En definitiva, esto sirvió para entender porque juegan los que juegan (algunos aún con nivel muy bajo) y porque no lo hacen habitualmente los que salieron a la cancha hoy. En este caso no aplica la frase de “acá no hay titulares y suplentes”. Acá hay titulares, hay suplentes y hay algunos que no deberían ni siquiera entrenar en Domínico.
Mete miedo ver como la mayoría de los generalmente relegados no demostraron siquiera un poco de ganas de mostrarse. Casos como el de Aquino que, podrá estar más flaco, pero la camiseta de Independiente le sigue pesando una tonelada. Oel de Lucero, goleador histórico de los entrenamientos, que no participó del juego y erró un gol abajo del arco.
Otros, como Papa y Bellocq, para mi ya no tienen vuelta atrás. Son casos absolutamente perdidos. Y el paradigma Trejo, que en la jugada del penal nos deja en claro cuanto más importante es ser un jugador inteligente que uno habilidoso o dotado técnicamente.
El único rescatable de la tarde noche fue Victorino. El único Mauricio que hizo todo bien y, para mi, merece ser titular. Por capacidad, por voz de mando y por el flojo nivel que mostró hasta acá Pellerano. Impecable en la marca y aportando el cabezazo del empate. Con una imagen que no debe pasar desapercibida: no lo festejó. Esos son los jugadores que se necesitan. Aquellos que mandan el mensaje correcto. Acá no se deben festejar empates. Se hace el gol y se corre rápido a la mitad de la cancha para intentar buscar el tanto que nos de la victoria. Este equipo necesita imperiosamente la presencia en el once titular de los cuatro uruguayos del plantel. Ojalá los podamos tener a todos lo más pronto posible y en buena forma.
Los ingresos de Vera y Benítez le cambiaron la cara a un equipo apático e inofensivo. Y demostraron que hay jugadores que no pueden salir nunca y otros que no deben entrar jamás.
Más allá del resultado y de si sirve o no el empate que se consiguió, hay que entender que no estamos para darnos el lujo de resignar ninguna competencia. Y que no tenemos plantel o recambio que pueda reemplazar fácilmente a los habituales titulares. Está claro que el objetivo es la Copa Sudamericana pero el rival es Arsenal y en Sarandí. No hay viajes, no hubo tanta competencia que ameritara cuidar a tantos jugadores importantes. Ahora, a conseguir un triunfo el miércoles. Un triunfo que justifique, un poco al menos, la exagerada, innecesaria e inexplicable rotación de hoy.