Independiente volvió a igualar en cero ayer ante Chapecoense, pero la caída en la definición por penales lo dejó afuera de la Copa Sudamericana. El Rojo nunca supo ser más que un rival con muchas limitaciones. A la hora de buscar motivos y explicaciones que ayuden a entender la eliminación de Independiente de la Copa Sudamericana, bien podríamos mencionar la pasividad del equipo desde el planteo, aunque en este caso, la principal falla estuvo en las individualidades, algo que va más allá del entrenador. ¿Equivocó Milito la manera de idear la ida en Avellaneda? ¿Tardó con los cambios en Brasil? No hay dudas de que las respuestas son positivas, y está claro que el Mariscal no halló la forma de destrabar con un planteo que lastimara al bloque defensivo de Chapecoense. Sin embargo, la eliminación ante un equipo diminuto de Brasil es responsabilidad de los que entraron a la cancha. Fueron innumerables los errores individuales, tanto de manejo como a la hora de tomar decisiones, que cometieron los jugadores durante el encuentro y en la tanda de penales. A lo largo de 180 minutos, Independiente no le convirtió al equipo brasilero, mientras que, en los únicos 90 en los el Verde se decidió a salir de su área, golpeó en tres ocasiones los palos defendidos por Martín Campaña. La conclusión de esta serie con la inesperada eliminación del Rojo es que, definitivamente, nunca se le encontró la vuelta al rival. A pesar de las limitaciones de Chapecoense, el equipo de Milito nunca lo superó con claridad y, por más que duela, se despidió merecidamente de la Copa Sudamericana.