Se dice siempre que el mercado de pases es el partido de los dirigentes, y lamentablemente Independiente lo viene perdiendo por goleada hace años.

Tras una elección récord, votamos un Gobierno que prometió terminar con las costumbres del nefasto segundo mandato Moyanista.

Y si, sabíamos que algunas caras se repetían, pero la mayoría no. Confiamos, o elegimos la opción que consideramos menos peor, como quieran verlo. Tras 11 meses de mandato, no solo no terminaron con esas costumbres, sino que las repitieron.

Se quejaban de que Moyano no iba a la Sede, y el primero de los Presidentes huyó como una rata, mientras que el segundo está en una realidad paralela y amaga con irse una vez por semana.

Les daba bronca y verguenza ver como los socios eran reprimidos, y reprimieron a los socios.

Protestaban porque no había una idea clara en el lineamiento futbolístico y se mantuvieron en esa tesitura, hablando con técnicos defensivos y ofensivos al mismo tiempo.

Los únicos aciertos de la gestión, son gracias a la gente, que se asoció en masa, pagó deudas y revienta la cancha para ver un equipo que está en repechaje por un descenso.

Y ya volviendo a los mercados, prometieron jerarquía y armar un equipo para campeón. Y no pegaron una. Llegaron con mucha Big Data y scouting, pero se les trabó en un solo representante, al que le mendigan algo que le sobre.

Juegan al PC Fútbol con Independiente, con la excusa de que son los que ponen plata, cuando lo único que les interesa es negociar para recuperarla tomando champagne.

Absolutamente nada hicieron con algún tipo de convencimiento, por lo tanto, no logran convencer a nadie.

Ni a los hinchas, que les pagaron la mitad de la deuda más grande y los dejaron en banda, sin apoyo en la colecta y aumentando la cuota un 175% en diez meses.

Ni a los técnicos, trayendo al ayudante del plan Z que tenían, después a uno defensivo, y ahora a uno inexperto con la excusa de que acercaba refuerzos, con el mismo aporte que ellos en teoría tenían para llegar al club.

Y mucho menos a los jugadores, negociando con 50 y fracasando con casi todos. Y lo que es peor, dejando en algunos casos un manto de sospechas imposible de aclarar.

¿Qué pasó con Tarragona? ¿Cuánto salió Mancuello? ¿Por qué se buscan profesionales de un solo representante? ¿Por qué se negoció tanto tiempo con Kannemann cuando sus charlas con San Lorenzo y Boca duraron 15 minutos? ¿Por qué un club paraguayo aceptó una oferta igual a la que rechazó de Independiente unos días antes por Marcelo Pérez? ¿Por qué mantuvieron a Cavallero y Zielinski en un receso crucial, cuando todos sabíamos que sus ciclos estaban cumplidos? ¿Por qué nos decían, al igual que Kannemann, que Malcorra estaba cerrado si no habían hablado con Central?

¿De verdad ahora pichulearon con el único refuerzo que pidió el entrenador al que le dieron una granada y le sacaron el seguro?

¿De verdad ahora pichulearon con el único refuerzo que pidió el entrenador al que le dieron una granada y le sacaron el seguro?

Están coqueteando con el descenso mientras se pelean entre ustedes, dejando claro que la única idea que tienen es rezar para que a Tévez le vaya bien.

Mientras esperamos que la era del Apache sea la más gloriosa de la historia, sepan que a ustedes Independiente les quedó enorme.

Dejen de pelotudearnos.