Esta mañana Independiente arrancó la Liga Profesional de Reserva, visitando en City Bell a Estudiantes.

El inicio de la era Graff fue con un partidazo, que empatamos tres a tres luego de estar en ventaja y después dos goles abajo.

El Rojo salió a la cancha con: Segovia; Busto, Poza, Leites, García; Soriano, Ortíz, Lobo, Atencio, Vallejo y Hidalgo.

El primer tiempo arrancó con todo y a los tres minutos el arquero Rojo ya había atajado un penal. Cinco más tarde llegó la apertura del marcador de manera espectacular. Santi Hidalgo metió un chiche sobre izquierda, pisándola ante su marca y mandó un certero centro que Ramiro Lobo conectó con una gran tijera, coronando un tremendo golazo.

A los 25 empató el local con otro penal, mientras que en seis minutos, a los 32 y 38 se puso tres a uno en un vendaval y parecía liquidar el partido. Pero el Rojo no se dio por vencido y sobre el final consiguió el descuento nuevamente por Lobo, en el rebote del tercer penal de la etapa.

El complemento siguió entretenido pero con menos intensidad, producto quizá del cansancio. A los segundos Segovia tapó un mano a mano e instantes después, en un cóner, Joaquín Leites se encontró con el balón en el segundo palo y metió el festejado tres a tres.

En el complemento entraron Joel González, Tomás Rambert, Fernando Da Rosa y Thiago Mastrolorenzo, por Vallejos, Lobo, Atencio y Hidalgo respectivamente.

Si bien hubo muchos problemas defensivos, sobre todo en pelotas paradas, y Diego Segovia fue claramente la figura del partido, quiero destacar un cambio que para mi es muy positivo. La idea madre, desde las intenciones, es totalmente diferente a la de los últimos años. Al menos en este primer encuentro, la Reserva fue mucho más ofensiva y buscó siempre lastimar el arco rival. Y eso entiendo que es una buena noticia.