25 de junio de 1986. Esta fecha es muy significativa para todos los argentinos, pero principalmente para aquellos que somos hinchas de Independiente. Aquel día, la magia se volvía mundial.
Hace exactamente 30 años, Argentina se enfrentaba a Bélgica por las semifinales de la Copa del Mundo. Esto fue gracias a que Diego Armando Maradona marcó un tanto con la mano y convirtió el gol más hermoso en la historia del fútbol ante Inglaterra, por los cuartos de final.
La semi tuvo el primer festejo a los 6’ del segundo tiempo, cuando Jorge Burruchaga asistió al “10”, quien eludió a dos a defensores y definió cruzado por encima del arquero.
Luego de 12 minutos, el capitán pasó a cuatro jugadores y tiró nuevamente cruzado, para estampar su doblete y la ventaja para la Selección Nacional.
Pero a los 40’ llegó lo que todos los fanáticos del “Rojo” estaban esperando. Carlos Bilardo, entrenador de aquel equipo, decidió sacar a “Burru” y reemplazarlo por el número 3. Aunque parezca extraño, esa camiseta la llevaba, nada más y nada menos, que Ricardo Enrique Bochini. De esa manera, debutaba en el Mundial 86. Y allí es donde la admiración no se pudo disimular, no sólo por parte de los hinchas.
Desde el momento en que ingresó, Maradona lo buscó constantemente y viceversa. Una de las primeras pelotas que tocó, se la pasó a Diego y este se la devolvió de taco. Sin embargo el futbolista de Independiente no logró capturarla. A los pocos segundos, Sergio Batista abrió el balón para el capitán, quien se metió en el área rival y le quiso dar una asistencia Bochini, pero un defensor la sacó al tiro de esquina. En ese preciso instante, se pudo ver como el mismísimo “10” argentino se agarró la cabeza, lamentando lo ocurrido, como si pensara que era inaceptable que Ricardo no pudiera lucirse con uno de sus bellos goles.
Existen varios mitos sobre este día. Muchos afirman que, apenas pisó el césped el enganche del “Rojo”, el mejor jugador del mundo le dijo: “Dibuje, maestro”. Otros proponen una versión más larga: “Pase maestro, lo estábamos esperando”. Así esto sea una simple leyenda o alguna de las frases sea verdadera, no se puede negar la admiración que Diego le tenía.
Hay algo doloroso que aclarar: el lapso que disputó Bochini fue engañoso. Cuando recién había ingresado, a Héctor Enrique le pegaron un pelotazo en la cara que lo dejó tendido por casi dos minutos y eso le restó tiempo para imponer jerarquía. Hoy se cumplen 30 años de ese día y esa situación todavía nos sigue pareciendo injusta; y creemos que hasta Maradona hubiese querido disfrutarlo un poco más.
Es que, ¿cómo no vas a querer que la magia se despliegue? ¿Cómo no vas a querer que un maestro practique su profesión? La tareadel “Bocha” siempre fue enseñar y dar lecciones de un fútbol exquisito. Aunque fue por un corto período, hoy recordamos que Ricardo Enrique Bochini pudo dar clases mundialmente.
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1612 correspondiente al día
14/12/2024 |
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