paseo
Por: Carlos Perez
12 de septiembre de 2015
Independiente derrotó 3 a 0 a Racing en el estadio Libertadores de América con goles de Martín Benítez, Jesús Méndez de tiro libre y Diego Vera.
Fue una tarde perfecta para el Rojo. El marco ideal para vivir un reencuentro entre equipo e hinchas. Esos que habían tenido un cortocircuito con algunos silbidos tras el empate ante Estudiantes. Hoy la historia fue diferente, pero no diferente a la histora, porque en realidad fue la historia de siempre, esa que dice que cada vez Racing viene al Libertadores de América termina yendose derrotado.
En el inicio pareció estar mejor Racing, sin profundidad, pero dominando las acciones del juego. Le duró diez minutos. Independiente, con la consigna de la tenencia del balón, equiparó el desarrollo y empezó a tener llegadas, no tan punzantes, pero llegadas al fin.
A medida que pasaban los minutos, el rival zucumbía ante la actitud de los jugadores de Independiente, comandados por Méndez y Tagliafico como estandartes, pero secundados por Vera, Ortiz, Toledo y dos centrales que se comieron a Bou y a Milito.
Llegó el golazo -por la jugada- de Benítez a los 32 de la etapa inicial, y todo se simplificó aun más con la expulsión de Acuña por un codazo a Méndez. En esos minutos Independiente tenía a su merced a Racing y no pudo convertir el segundo por esas casualidades del destino.
El complemento siguió siendo de la misma manera. El hincha estaba intranquilo porque a este equipo le han empatado muchos partidos que arrancó ganando a lo largo del torneo, pero la realidad es que Racing no inquietaba y el segundo estaba al caer. Con los cambios, Pellegrino mandó el mensaje de que quería definirlo lo más rápido que pudiera.
El partido era tan accesible que hasta el Ruso Rodríguez se dio el gusto de ir a patear un tiro libre y terminar habilitando a Pisano en el rebote del mismo.
Sin embargo, fue a los 36, cuando con un excelso tiro libre, Jesús Méndez se la clavó en el ángulo a Saja y liquidó el encuentro. Un momento de mucha emoción para el volante que se lo dedicó a su hermano fallecido en enero. Para completar la faena, Vera de palomita, tras un buen centro del Marciano Ortiz, puso cifras definitivas a esta goleada clásica.