Desde hace varios partidos, más precisamente a partir de los cuartos de final de la Sudamericana, salir del Libertadores por la calle Alsina hacia Mitre se hizo más lento y peligroso, con muchísimos embotellamientos hasta el pasaje que se dirige a la cancha de Racing.
La razón es la cantidad de vendedores y los puestos callejeros de comidas y bebidas que obstruyen el paso del caudal de hinchas que intentan volver a sus hogares una vez finalizado el partido. Sobre todo en la intersección de Alsina con Díaz Vélez, calle que directamente se presenta parcialmente cortada (hasta con vallas) por la venta de comida rápida.
Que se entienda que la nota no busca ir contra la venta ambulante y mucho menos trata de enjuiciar a la gente que se gana el mango dignamente de esa manera. Simplemente intenta alertar acerca del peligro que generan ubicándose como lo están haciendo en estos últimos meses en el mencionado cruce. Porque está claro que siempre estuvieron, pero ahora ocupan peor el espacio, poniéndose algunos de manera perpendicular y sobre las calles.
Lo ideal sería que la policía, que dicho sea de paso se lleva un porcentaje de las ganancias, se tome el trabajo de ubicarlos contra las veredas de ambos lados para que los hinchas puedan salir con mayor facilidad. No hace falta explicar lo que puede llegar a pasar de haber una represión como la sufrida frente a los tucumanos o algún disturbio que genere corridas, con ancianos, mujeres y niños trabados en ese lugar.
Edicion Nº
1859 correspondiente al día
18/08/2025 |
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